Sin duda el tiempo vuela, hace unas semanas estábamos celebrando la entrada del año nuevo, y aún no terminamos de digerir pavo, pierna y tamales y en escasos días estaremos cerrando el primer mes de este 2023.
Este año será clave para organizar las piezas para la elección del 2024; económica y políticamente tendrá momentos que muy probablemente nos den optimismo y otros momentos que puedan quitarnos el sueño. Desde el drama en la suprema corte por la tesis de la ministra Yasmín Esquivel, pasando por el debate sobre “El plan B” de la reforma electoral, hasta una posible nueva desaceleración económica en los Estados Unidos, pasando por las elecciones en Coahuila y Estado de México, y la definición de las candidaturas presidenciales a final de este año. Pero vamos a dejar las especulaciones para otro momento, vamos a enfocarnos ahora a revisar resultados de la actividad económica e industrial de los estados en el país.
El INEGI dio a conocer hace unos días el Indicador Oportuno de la Actividad Económica para diciembre del 2022. Este indicador oportuno nos ayuda a visualizar con mayor precisión el desempeño de la economía nacional, aún antes de tener el dato final del crecimiento económico. Este indicador oportuno sobre el Índice Global de la Actividad Económica (IGAE) para el mes de diciembre muestra un incremento en términos anuales del 2.7 por ciento, para el sector secundario muestra un crecimiento del 1.2 por ciento y de 2.8 para las actividades terciarias. Con esta información podríamos estar esperando un crecimiento en el PIB nacional aproximadamente del 2 por ciento para el cierre de todo el 2022. Recordemos también que el pronóstico de crecimiento de la economía mexicana para este 2023 es cercano al 1 por ciento solamente. Lo que nos hace pensar que, aunque hemos visto una recuperación en la creación de empleos y en las exportaciones en general, la actividad económica regional sigue mostrando grandes limitaciones.
Hace unos días también, el INEGI dio a conocer el Indicador Mensual de la Actividad Industrial de las Entidades Federativas (IMAIEF) para el mes de septiembre del 2022. Si bien, este indicador tiene un poco de rezago en comparación del IGAE, ya para el mes de septiembre podemos hacer estimaciones de cierre para la actividad industrial en los diferentes estados del país. En primer término, es importante resaltar que hay estados que aún están relativamente lejos de recuperar su dinámica industrial pre-pandemia. Por ejemplo, tenemos el caso de Colima, que su indicador de la actividad industrial para septiembre del 2022 representa el 67 por ciento de su indicador industrial al mes de junio del 2019 (un año previo a la crisis). Este mismo indicador para el estado de Tlaxcala es el 71 por ciento, el 72 por ciento para el estado de Baja California Sur, 76 por ciento para el caso de Aguascalientes y 80 por ciento en Quintana Roo. Sin embargo, por otro lado, tenemos los casos de Chiapas y Tabasco cuyo indicador, respectivamente, es del 145 y 144 por ciento respecto a su indicador para el mes de junio del 2019. Es decir, estos estados ya superaron su dinámica industrial pre-pandemia. Otros estados cuya recuperación en el sector industrial ya superó al nivel pre-pandemia, son Coahuila, Nayarit, Baja California, Chihuahua, Jalisco y Oaxaca. Esto es, que solo ocho de los 32 estados han recuperado o superado su nivel de actividad industrial pre-pandemia. En el estado de Nuevo León, el indicador de la actividad industrial para el mes de septiembre del 2022 representa el 99.4 por ciento del indicador para el mes de junio del 2019, esto nos dice que casi se recupera al 100 por ciento.
Como podemos observar, los estados de Colima, Tlaxcala, Baja California Sur, Aguascalientes y Quintana Roo, necesitan acelerar más rápidamente su actividad industrial para recuperar “lo perdido” por la pandemia en términos económicos, una de las razones por las que creo que estos estados aún no se acercan a su nivel de pre-pandemia es porque sus economías dependen más del 70 por ciento de las actividades terciarias como comercio al por menor y comercio al por mayor, y dado que tienen poblaciones relativamente pequeñas, aún no alcanzan una masa crítica de consumo privado como para empujar su recuperación de una manera más rápida.
Por el contrario, y aunque la economía en el estado de Chiapas también depende fuertemente del sector terciario y de la actividad comercial, el tamaño poblacional en ese estado es significativamente mayor que en los estados previamente mencionados, lo que ha movido más rápido la recuperación de su economía.
El caso de Tabasco es diferente, porque su economía depende casi del 50 por ciento del sector petrolero, por lo que su acelerada recuperación se debe principalmente al incremento del sector petrolero en el país.
En resumen, tenemos estados cuya actividad industrial supera al nivel que tenían en pre-pandemia, pero aún tenemos otros estados que les falta un buen camino para alcanzar su nivel del 2019. Este año, será clave para la administración de López Obrador en términos económicos, pues la expectativa de crecimiento para este 2023 es muy baja, pero podría mejorarse si se acelera la inversión productiva, de lo contrario es muy posible que cerremos este sexenio, apenas regresando al nivel de la economía que teníamos en el 2019. Es decir, sería un sexenio perdido.