Si bien no es nada desconocido, el efecto de la escasez de mano de obra a nivel general ha hecho mella y ocasionado un desbalance a las figuras operativas, no solo en nuestro país México, sino también en otros países que se han visto terriblemente afectados con los faltantes de personal.
Por lo anterior se han tenido la imperiosa necesidad de acudir al tiempo extra, cerrar temporalmente algunas líneas y/u operaciones, o crear nuevas formas de compensación antes no utilizadas en la industria y todo lo anterior con el objetivo de retener su personal y cumplir con los compromisos pactados con sus clientes.
Así mismo, la atracción de la mano de obra se ha visto operativamente más complicada, ya que con el efecto nearshoring en el país, muchas compañías han estado ampliando o iniciando sus operaciones de manera simultánea y con expectativas sumamente aceleradas para un mercado que demanda imperativamente las posiciones operativas y técnicas, pero que cortamente puede ofrecerlas.
Muchos hablan del efecto post pandemia, yo hablaría de la combinación de muchas cosas, obedeciendo a las tendencias de que las industrias mantengan un nivel de crecimiento acelerado, la necesidad de sustentabilidad comercial y la visión de incrementar su productividad, todo esto en un panorama incierto de alta inflación y crecimiento continuo de los precios.
Las empresas tienen claro que la retención de su talento es acción clave para mantener sus operaciones estables, también están conscientes de que hay un cierto porcentaje de población que está circulante, inestable y volátil, que provoca gran rotación en las compañías, pero que es necesario atraer y retener de manera urgente para poder incrementar sus volúmenes de producción.
Para todo hay soluciones temporales, unas más agresivas que otras, pago de bonos especiales, becas y ayudas especiales a las contractual y normalmente incluidas en las tablas de beneficios, ayudas a familia, revisiones altas y fuera de mercado, incrementos de tabulador adicionales a las incluidas en sus revisiones de contrato colectivo, son algunas de las acciones que han sido atípicas para mantenerse como empresas altamente atractivas en el mercado.
Pero no solamente han sido atípicas, sino altamente costosas, disminuyendo con esto los márgenes de utilidad de muchas empresas en México.
Un negocio continúa siendo un negocio, una institución creada con la firme intención de generar ganancia y utilidad, y ¿qué sería de los empleos si las empresas no fueran sustentables?
Y las preguntas que nos hacemos constantemente son, ¿Realmente el dinero es el único factor que ofrecer para mejorar la situación? ¿Qué otras acciones adicionales se pudieran realizar para retener al talento? ¿La importación de mano de obra nos pudiera ofrecer un mejor panorama? ¿El tema del incremento de beneficio de vacaciones pudiera ser aliado en la estrategia de retención?
Nos damos cuenta, que esto, ya es un fenómeno social y que tanto iniciativa privada y organismo público debemos de estar unidos para poder crear estrategias más agresivas para enfrentar al colapso de mano de obra que muy probablemente veamos en el 2024.
Y las empresas se preguntan, ¿Ya tenemos la maquinaria? Pero ¿Quién la va a operar?
La autora es Directora del Comité Laboral de Index Nuevo León.