Hoy en día una de las principales preocupaciones de los directores generales y de los directores de recursos humanos a nivel mundial, y México no es la excepción, es la disponibilidad de empleados para asegurar la operatividad de sus empresas. No importa el sector o industria en que se encuentren, esto va desde retail y servicios hasta manufactura, y desde personal operario y administrativo hasta ejecutivo.
La realidad que vivimos hoy desde una perspectiva económica es, por decir lo menos, extraña. Hay crisis económica, pero altos niveles de empleabilidad; inflación, pero altos niveles de demanda de ciertos productos. Desde la perspectiva laboral esto se complica por las tensiones políticas que están reconfigurando las cadenas de suministro, lo que a su vez dio pie al llamado nearshoring o deslocalización (esto es, la práctica de transferir una operación comercial a un país cercano).
Muchos países, el nuestro es uno de ellos, han recibido una andanada de inversiones de empresas de todo tipo que buscan estar cerca de su consumidor final. Las principales firmas globales requieren la mejor puerta de entrada al mayor mercado del mundo: Estados Unidos. Y esa puerta está en México.
Preparados o no, México es la llave de acceso a los EUA. Los beneficios que ofrece el país son tangibles: cercanía geográfica, ventajas comerciales producto del Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y mano de obra mas económica y especializada. Son cuatro estados de la república las que están siendo más beneficiadas por el nearshoring: CDMX, Nuevo León, Jalisco y Estado de México.
Nuevo León, con una tasa de desempleo muy baja (3.6% al cierre de 2022) y una de las menores tasas de informalidad laboral del país (35.8%), entre octubre de 2021 y octubre de 2022 tuvo una captación de alrededor de 4 mil 300 millones de dólares y la creación de más de 50 mil empleos. La población desocupada (es decir, gente que activamente está buscando trabajo) en el estado es de tan solo 104,272 personas.
Las empresas extranjeras, antes de decidir invertir en la instalación y operación de una planta analizan diversos aspectos, siendo uno de los principales el capital humano disponible. Con una situación prácticamente de pleno empleo (y un estimado de rotación laboral anual del 66%) el reto de Nuevo León es contar con suficiente gente disponible para trabajar.
¿Cómo se está haciendo frente a estos retos en el estado? De acuerdo al Secretario del Trabajo de Nuevo León, Federico Rojas Veloquio, con quien conversamos la semana pasada durante la sesión mensual de la Comisión de Capital Humano de la COPARMEX, N.L., para disminuir las brechas de disponibilidad de personal capacitado, se está trabajando de manera puntual en 3 dimensiones:
1) Identificar brechas de habilidades y ofrecer capacitación específica.
2) Integrar el uso de las tecnologías de información para democratizar el acceso a la capacitación.
3) Inclusión de la mujer en el trabajo en Nuevo León mediante procesos específicos de capacitación (upskilling y reskilling), mentoría y vinculación laboral.
El reto no es sencillo, pero en un momento de fuerte estridencia política saber que existen políticas públicas que están escuchando las necesidades de una sociedad para hacer frente al futuro del trabajo (lo que hemos abordado con insistencia en este espacio) es verdaderamente positivo.
Epílogo.- El riesgo de iniciativas como las anteriores, aunque loables y positivas, es que sufran el “Síndrome del Parque Abandonado”. Invertimos tiempo, esfuerzo y dinero en tratar de llevar a cabo proyectos, y tiempo después los olvidamos y quedan como los parques abandonados que acaban de ser remodelados: lleno de hierba y con polvaredas cada que sopla el viento, árboles secos y maleza cubriendo las bancas y juegos infantiles; gran parte del alumbrado está fundido. El parque,otra vez, quedaría abandonado a su suerte.
El autor es Doctor en Filosofía, fundador de Human Leader, Socio-Director de Think Talent, y Profesor de Cátedra del ITESM.