Mucho se ha hablado recientemente de la tan esperada -y anunciada- llegada de Tesla Motors a México. Y aunque días antes del anuncio oficial, se tensó el debate sobre el estado donde se ubicará la gigafactory, finalmente se confirmó que se instalaría en Santa Catarina, Nuevo León.
Esto dejó a algunos con bastante emoción, y a otros con no tanta.
Pero más allá del logro político que esto representa para los funcionarios involucrados en convencer a Tesla y a Elon Musk de invertir 4 500 MDD en el país, todos deberíamos estarnos preguntando: ¿qué representa esto para nuestro estado?
Estamos ante nada más y nada menos que la inversión privada más importante de todo el sexenio, pues Tesla eligió a Nuevo León para construir su nueva gigafactory que se prevé produzca más de un millón de autos eléctricos de última generación al año.
Además de los miles de empleos que esto representa para la región, estamos palpando el principio de la segunda ola del nearshoring en México. Concepto que, como sabemos, se refiere a la relocalización de las cadenas de valor de empresas transnacionales hacia destinos más cercanos a los Estados Unidos.
La primera ola del nearshoring producida por los estragos económicos del covid-19, giró principalmente alrededor de la producción de dispositivos electrónicos, pero esta segunda ola apunta a la producción de bienes industriales, entre ellos del sector automotriz.
Si Nuevo León logra entregar garantías certeras a los inversionistas, entonces Tesla sería solo el principio de muchas empresas trasnacionales que podrían instalarse acá.
Para darnos una idea, de acuerdo con la empresa financiera Morgan Stanley el valor actual de las exportaciones de México a Estados Unidos asciende a 450 MMDD. En los últimos años, el valor de producción del sector automotriz en el país ha aumentado del 5% al 12% del total del PIB nacional.
Se estima que cuando la planta de Tesla se encuentre en pleno funcionamiento produzca alrededor de 15 MMDD al año en exportaciones y que su impacto en el aumento de exportaciones del sector automotriz oscile entre el 3.5% y el 10% anual.
En resumidas cuentas, estamos hablando de que en Nuevo León se realizará una inversión de 4 500 MDD, que tiene el potencial de producir un capital tres veces mayor en valor comercial y productivo cada año.
Puede ser difícil dimensionar ahora el gran impacto económico que esto representa para el estado y la región en el corto y mediano plazo, pero quizá el municipio de Pesquería puede ayudar a ilustrar a escala este proceso.
Quien ha tenido la oportunidad de visitar el municipio en años recientes, podría ser testigo de cómo estaba antes y después de las instalaciones de Kia Motors y Ternium en la localidad.
Las inversiones millonarias que realizaron ambas empresas le han dado un giro de 180 grados al municipio, por lo menos en lo que se refiere a la generación masiva de empleos y a la creación y expansión de servicios públicos en todo el territorio.
Aunque a menor escala, este ejemplo es útil para dimensionar lo que Tesla podría significar para el desarrollo de Santa Catarina y la Zona Metropolitana de Monterrey.
Una mega fábrica de esta categoría tiene el potencial de atraer a mucho del mejor talento que hay en todo el país y le dará la oportunidad a grandes y medianos empresarios locales de insertarse en los procesos de construcción y producción de la fábrica.
La semana pasada Poligrama publicó una encuesta, en la que se encontró que el 75% de los encuestados está a favor de que Tesla se instale en Nuevo León y que el 82% cree que los gobiernos deberían aprovechar este auge para realizar esfuerzos de atraer más empresas al estado.
El reto para el gobierno estatal y los gobiernos locales será el ponerse de acuerdo para garantizar condiciones jurídicas y políticas lo suficientemente estables como para que los empresarios de todo el mundo encuentren acá la certidumbre que hasta el momento el gobierno federal no ha podido dar.
De concretarse el próximo año, dos de los proyectos insignia del actual gobierno del estado, que son la modernización de la aduana Colombia y la construcción de la carretera interserrana, que conectará algunas zonas del estado con los cruces fronterizos de Nuevo León y Tamaulipas, nuestro estado estará en todas las condiciones de demostrarle a los empresarios del mundo que aquí pueden invertir y desarrollarse.
Que gran noticia para Nuevo León, una tierra de empresarios que siempre han privilegiado la prosperidad y el desarrollo, y que han buscado empujar al estado hacia adelante.