Las campañas electorales en los Estados Unidos comenzarán muy pronto y parece que se repetirán los candidatos que compitieron en la elección anterior. Por el partido demócrata el actual presidente Joe Biden anunció que buscará la reelección. En el mismo partido ya anunciaron su cadidatura Marianne Williamson, una autora y asesora espiritual, y Robert F. Kennedy Jr., sobrino del ex presidente asesinado John F. Kennedy y famoso promotor de la teoría conspirativa anti vacunas.
Por el lado de los republicanos se han postulado el ex presidente Donald Trump, la ex goberanadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, el ejecutivo de biotecnología, Vivek Naraswamy, el comunicador de la radio y ex candidato a la gubernatura de California, Larry Elder, y el ex gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson. Existen algunos nombres de candidatos que no han anunciado que competirán pero que es probable que lo hagan como el gobernador actual de Florida Ron De Santis y el ex vicepresidente Mike Pence.
La encuesta más reciente publicada el 10 de mayo por Yahoo news pone a Biden con el 45 por ciento de las preferencias electorales versus 42 por ciento para Trump, es decir, en un empate técnico. Ante ese escenario es importante entender lo que proponen las diferentes corrientes de pensamiento del ala democrática y el ala republicana, sobre todo en materia económica.
Históricamente, el partido republicano ha sido el precursor de las ideas de libertad económica en los Estados Unidos. Su agenda económica ha incluído la apertura comercial, y la elaboración de diversos tratados y acuerdos comerciales, para impulsar la globalización. Además, ha estado a la vanguardia del impulso del libre intercambio del capital, incluyendo el capital humano. En el pasado quedaron los discursos de Ronald Reagan que criticaban a las economías estatizadas y a los países que limitaban el libre flujo de capitales y personas.
La agenda económica de Donald Trump no podría ser más distinta a los ideales republicanos, sobre todo en materia económica. Trump busca que EUA sea más autosuficiente y menos dependiente de la economía global, justo lo que buscan los países más cerrados en el mundo.
Además, Trump implementó, cuando estuvo en el poder, aranceles y limitó el comercio con muchas naciones, en particular con China. Es decir, rompió con la ideas de libre mercado del partido republicano. Asimismo, Trump fue un crítico de una mayor inmigración hacia EUA, que históricamente ha enriquecido a ese país, y contribuye activamente a su progreso y desarrollo.
Para entender las consecuencias de estas acciones es importante irse casi 300 atrás y leer al gran economista David Ricardo quien comprobó matemáticamente los beneficios de una mayor integración comercial y de los beneficios de la especialización. De hecho, a la fecha, los países más prósperos y exitosos son los que han promovido economías más libres y abiertas. Los países que lideran el ranking de mayor libertad económica son: Singapur, Suiza e Irlanda. Los últimos tres lugares de la lista los ocupan Venezuela, Cuba y Corea de Norte (ver el índice de libertad económica del Heritage Foundation https://www.heritage.org/index/ranking).
Así, me queda claro que la postura económica del Trumpismo lejos de promover el libre mercado, y la apertura comercial y migratoria, la limita y busca la autosuficiencia. Lejos quedaron las posturas de liberalismo económico de estatistas como Bush y Reagan que impulsaron el crecimiento sostenible de EUA y que contribuyeron a expandir esa ideología y sus beneficios económicos a través del mundo. Pareciera que Biden y la postura económica de los demócratas se asemeja más a los ideales de una economía de libre mercado (republicana) y Trump a la de una economía cerrada. Lo interesante es que en EUA se percibe totalmente lo opuesto.
El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido. Fue el economista en jefe para México de Itau BBA, director general adjunto de Organismos Financieros Internacionales en la SHCP e investigador en el Banco de México.