Monterrey

Luis J. Morales: Resiliencia en Comercio Exterior, aprender o morir en el intento

La comunidad maquiladora y sobre todo en la región, ha pasado una metamorfosis constante en menos de tres años. Contar con una pandemia casi fulminante para el sector, sobrevivir, reinventarse y transformarse para posteriormente causar furor con la llegada del ciento de empresas nuevas a la región de acuerdo con cifras obtenidas por Index Nuevo León, definitivamente es una muestra de resiliencia en la industria.

Haciendo alusión al Señor Samsa tal como lo indica la obra del novelista Kafka, deja unos matices con mucha similitud en la actualidad, siendo el momento indicado para tomar este aire de cambios y hacer las mejoras pertinentes para evitar terminar como el personaje de la obra arriba mencionada. Pero, ¿y la resiliencia en el comercio exterior?. Si bien la implementación de la automatización a través de la tecnología y el actual “bum” de la inteligencia artificial han permeado sobre gran parte del nicho maquilador, siendo una asignatura pendiente la actualización normativa y legislativa que se utiliza en el rubro de comercio exterior en la misma línea de ideas usando procesos con programas de fomento industrial que no responden a las necesidades y requisitos que merece la industria de acuerdo a la acelerada evolución de la mayor parte de la empresa de este rubro.

Claro ejemplo de la evolución legal y normativa son las reglas generales de comercio exterior y su constante cambio donde todo se va perfeccionando, el acondicionamiento de VUCEM y trámites en línea que se pueden realizar utilizando de bastión la facilitación y eliminación de procesos redundantes que solo eran cargas administrativas y no enriquecían el funcionamiento de las empresas en este ámbito, la regulación y protección que se hace a través de las reglas de economía, pero algunas otras están en el olvido teniendo al menos 10 años sin haberse modificado siendo parte fundamental de la operación del día a día, como el decreto IMMEX siendo la piedra angular para la mayoría de las empresas en la actualidad sin haberse aprovechado al máximo.

La sobre regulación con que actualmente se rige nuestro sistema vigente frena procesos que en teoría deberían ser expeditos y sin mayor detalle. Pero bien, entendemos que estos filtros que se han puesto se deben a inconsistencias de usuarios y es válido cerrar todas las brechas para una mejor operación.

Como apasionado y gustoso de la capacitación constante del cumplimiento aduanero y como me lo decía un erudito del tema, sic. “No te preocupes si salen nuevas regulación y reglamentos de nuevas dependencias o autoridades, aquí estoy yo para capacitarte” esto me parece excelente, ya que en comercio exterior tanto los estudiosos, los capacitadores, así como los expertos deben de estar en constante aprendizaje y conocimiento de este; sin embargo, esto no elimina el problema central.

Aprovechar la estampida de empresas con efecto nearshoring y ser el punto de lanza en la actualidad puede ser el mejor pretexto para evolucionar en esta parte del comercio exterior de la que adolecemos en comparación con otros miembros de la OMA teniendo como fin primordial brindar eficiencia y bienestar económico a través de procesos dinámicos teniendo de por medio programas de legislación y decretos actualizados, maximizando su capacidad, buscando mejoras sustanciales ante la llegada de la inversión extranjera.

En resumen, sería un aliciente enorme que uno de los puntos o razones para la llegada de un inversor extranjero fueran una estructura de leyes, reglas y programas sectoriales de fomento de comercio exterior bastante fortificados y actualizados en comparativa con otros países, generaría un extra a la estructura nacional. Se aprende cuando uno se ve obligado a ello, cuando se trata de encontrar una salida, se aprende sin piedad.

El autor es miembro del comité de comercio exterior de Index Nuevo León.

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