Hoy en día vivimos en la era digital. Prácticamente todas las operaciones que realizan los contribuyentes deben estar respaldadas por una factura electrónica (CFDI). En dicho documento se incluyen una serie de datos que la misma autoridad procesa y utiliza para monitorear el cumplimiento del contribuyente, así como para incluirlos dentro de las declaraciones de impuestos que se deben presentar.
Lo anterior, en el mundo ideal, funciona de maravilla, ya que es un ganar-ganar. Por un lado, al contribuyente se le facilita el cumplir con sus obligaciones fiscales y a la autoridad la tarea de fiscalización.
Sin embargo, estimado lector, como se imaginará, estamos muy lejos de ese mundo ideal o son pocos los contribuyentes que pertenecen a él. El dinamismo natural del mundo de los negocios y la complejidad de las leyes fiscales son el motivo por el que muchos contribuyentes quedan fuera del mundo ideal.
Quizás se pregunte qué implica quedar fuera del mundo ideal. Con gusto le explico. El SAT utiliza la información proporcionada a través de los CFDI para comparar la suma de los ingresos anuales versus los ingresos de la declaración anual, en un mundo ideal estás dos cantidades deben de coincidir. En muchos casos, esto no es así y no piense mal no tiene que ver con malas prácticas de los contribuyentes o con alguna “estrategia”. Tiene que ver con las operaciones normales de la empresa. Por ejemplo, cuando se emiten facturas en moneda extranjera, implica tener una fluctuación cambiaria o debido a las disposiciones fiscales, como es el caso de los contribuyentes que tributan a flujo de efectivo o las partidas cuyo tratamiento contable es diferente al fiscal, como pudiera ser la venta de activos fijos. En este caso, el monto por el que se expide el CFDI no necesariamente representa el ingreso fiscal.
Otro cruce, en materia del Impuesto al Valor Agregado (IVA), se refiere a la forma de pago plasmada en el CFDI. Si es en una sola exhibición (PUE), la autoridad asume que el cobró se realizó durante el mes en el cual fue expedido. Por lo tanto, el IVA asociado a ese CFDI fue cobrado y se compara contra el IVA cobrado que se plasma en la declaración mensual de dicho impuesto. Nuevamente, en el mundo ideal, estos montos deben de coincidir. Sin embargo, muchas veces no es así. Seguramente pensó, se equivocaron al señalar como forma de pago PUE, siendo que ese no fue el acuerdo con el cliente. Aunque si bien es una posibilidad, en la práctica lo que sucede es que el cliente se compromete a pagar en el mismo mes en que se le expidió el CFDI, pero no cumple. En este caso quien se ve afectado es el contribuyente que lo emitió, ya que la autoridad considerará ese ingreso como cobrado y resultará como diferencia en los cruces.
Es probable que ahora piense, si el cobro del IVA se realizó en un mes posterior al de su emisión, entonces al momento del cruce en un mes resultara “en contra” del fisco y en otro “a favor”, tiene toda la razón. Sin embargo, la autoridad solo informa al contribuyente los meses en donde el cruce le perjudica. Recuerde que los cruces son del mundo ideal y en el mundo ideal, no existe esa posibilidad.
Sería conveniente que la autoridad, antes de enviar estos cruces a los contribuyentes, realice pruebas aleatorias con el fin de que los mismos sean lo más certeros posible, es decir, que representen diferencias reales. Que ese esfuerzo se traduzca en recaudación y no solo quede en una carga de trabajo para el contribuyente, y quizás ni para el contribuyente sino para su contador.
Es importante destacar que no todos los cruces realizados por la autoridad son de fantasía. Uno de los más certeros que hoy en día se realiza, es relacionado a nóminas. Se compara el Impuesto sobre la Renta (ISR) de salarios enterado versus el ISR reflejado en los recibos de nómina timbrados por el contribuyente. En estos casos, cuando hay diferencia el 99.9% de las veces se debe a un deficiente control y organización de parte del contribuyente. Ojalá que la autoridad dedicará más esfuerzos para realizar cruces de este tipo que representan tiros de precisión donde al contribuyente solo le queda corregirse.
Esperemos que la autoridad, por el bien de todos los contribuyentes, sea más meticulosa al momento de realizar los cruces de información. Esto permitirá evitar “falsos positivos” y, por consiguiente, mejore su porcentaje de bateo. Hoy en día la mayoría de las ocasiones cruza fantasías buscando realidades.
Y a usted, ¿qué cruce de fantasía le han enviado? ¡Cuénteme!
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