El estímulo fiscal al IEPS federal a las gasolinas y al diésel, que desde el sexenio pasado se instrumentó, para regular el precio final de estos combustibles, y que se entregó a la presente administración prácticamente en cero, tuvo que ser reactivado por el actual gobierno, (e incluso aumentando con un segundo estímulo) para dar cumplimiento a la promesa de que el precio de las gasolinas no aumentaría en términos reales, es decir, solo aumentaría en el mismo porcentaje que la inflación, ante un entorno de mayores precios del petróleo.
En efecto, durante el año pasado, no solo no se recaudó ni un peso por concepto de IEPS federal a las gasolinas y al diésel, sino que se registraron ingresos “negativos” porque se otorgaron “devoluciones” por concepto del segundo estímulo fiscal, básicamente a Pemex, que superaron los $112 mil millones de pesos, situación que empezó a atenuarse desde el último trimestre del año pasado, y se ha continuado en lo que va de este año.
Durante la primera semana de enero, el estímulo fiscal a las gasolinas todavía era de 100% para el caso del diésel, de 54.80% para la gasolina de bajo octanaje, y de 29.15% para la gasolina Premium, tal y como se publicó en el Diario Oficial el pasado 30 de diciembre de 2022, estímulo que se ha ido reduciendo paulatinamente, junto con el precio del crudo, y para la semana en curso ya solo es de 7.63% para el caso del diésel, de 21.70% para la gasolina regular, y de 0% para la gasolina de alto octanaje.
Como se puede apreciar, el estímulo fiscal al diésel se ha reducido en 92.37%, mientras que el de la gasolina regular ha bajado en 33.1%, (2.8 veces menos) lo que sigue reiterando la percepción de que estos estímulos están calculados con otras bases, diferentes al precio del crudo, situación que incluso se manifestaba también en el cálculo del estímulo adicional, cuyos montos y variaciones entre el diésel y las gasolinas, no guardaban, ni guardan, relación ni proporcionalidad alguna, situación que debería ser analizada y revisada por la Auditoría Superior de la Federación.
Hace un año, en Junio de 2022, el precio del crudo mexicano superaba los $100 dólares por barril, y el estímulo fiscal adicional, que los vendedores de primera mano de gasolinas, podían acreditar contra impuestos federales a su cargo, superaba incluso al monto del IEPS federal.
En el caso de la gasolina de alto octanaje, no solo no se pagaban los $4.63 pesos por litro, sino que se acreditaban $6.41 pesos por litro vendido, un 38.4% más que el propio impuesto, por lo que el sacrificio fiscal sumaba $11.04 pesos por litro.
En el caso del diésel, el impuesto no pagado era de $6.03 pesos por litro, y el acreditamiento contra impuestos federales era de $7.15 pesos por litro, (18.6% más) lo que sumaba $13.18 pesos de sacrificio fiscal por litro, mientras que la gasolina de bajo octanaje dejaba de pagar $5.49 por litro y acreditaban $5.68 pesos contra impuestos federales, lo que sumaba $11.17 pesos de estímulos fiscales con cargo al erario.
Como lo comentaba en notas anteriores, el estímulo fiscal adicional, que por muchas semanas fue incluso superior a la cuota del IEPS federal, fue un costo que nunca revelaron nuestras autoridades, ya que su monto lo acreditaban los vendedores de primera mano, contra sus impuestos federales, (IVA e ISR) lo que dificultó calcular el costo real del subsidio a los combustibles.
Al día de hoy, la situación actual es ya muy diferente, con el precio del petróleo casi 40% por abajo, lo que ha permitido recuperar casi la totalidad del IEPS federal, cuando el año pasado esta recaudación era negativa.
Si bien esta es una buena noticia para las finanzas públicas, la mala es que el menor precio del crudo está reduciendo los ingresos propios de Pemex, y está forzando al Gobierno Federal a diferir los enteros de Derechos a cargo de Pemex, y por ende, las transferencias que recibe la Federación, provenientes del Fondo Mexicano del Petróleo, lo que opera en sentido contrario, e incluso afecta a la recaudación federal participable, por lo que el impacto negativo se transfiere también (de manera indebida) a Estados y Municipios.
El corolario es que las señales en materia de ingresos continúan mixtas, pero con preeminencia de minusvalías, donde la variable del precio del petróleo seguirá jugando un importante papel para el cierre del año.