Monterrey

Crece el gasto programable 27.6% real en mayo

Este aumento estuvo apuntalado por un mejor desempeño delos ingresos, los cuales crecieron en un 11% en términos reales

Marco Pérez Valtier Marco Pérez Valtier

El informe sobre la evolución de las finanzas públicas al mes de Mayo, que acaba de publicar la Secretaría de Hacienda hace unos días, revela un importante aumento en la ejecución del Gasto Programable Presupuestal, el cual se incrementó durante el pasado mes de Mayo en un 27.6%, mientras que a nivel consolidado, el Gasto Neto Total aumentó en 24.2% en términos reales, esto con relación al gasto erogado en el mismo mes del año pasado, y comparado contra el gasto calendarizado, el sobregiro es del 12.3%.

Este aumento en el gasto, estuvo apuntalado por un mejor desempeño de los ingresos, los cuales crecieron en un 11% en términos reales, pero como el aumento en el gasto creció más del doble, el déficit presupuestal se incrementó en 3.7 veces, pasando de $26.0 miles de millones de pesos en mayo del año pasado, a $96.2 miles de millones pesos en Mayo de este año.

A nivel de Gobierno Federal, el gasto aumentó en un 41.7% en términos reales, y salvo algunas excepciones, casi todas las secretarías aumentaron su gasto, tanto de manera directa, como vía subsidios y transferencias, cuyo rubro acusa un aumento de 175.5% en términos reales.

En particular, la Secretaría de Hacienda aumentó su gasto programable de $1.9 miles de millones de pesos en Mayo de 2022, a $47.1 miles de millones de pesos en Mayo de este año, un aumento de más de $45 mil millones de pesos en su gasto, en tan solo un mes, sin que se detalle el destino de estas mayores erogaciones.

Otro aumento importante en el gasto, corre por cuenta de la Secretaría del Bienestar, la cual, de gastar $4.1 miles de millones de pesos en Mayo del año pasado, aumenta su gasto en once veces, a $45.1 miles de millones de pesos, sin que tampoco se reporte detalle alguno sobre el destino de estos recursos.

En el reporte a Mayo se sigue manteniendo la previsión de reducir en $131.5 miles de millones de pesos el gasto aprobado para este año por los Diputados, en concordancia con los menores ingresos esperados para el año en curso, con el objetivo de mantener inalterados los requerimientos financieros originalmente programados de $1.3 billones de pesos para este año, casi 5 puntos como proporción del PIB.

Por el lado de los ingresos, como lo señalaba en mi nota anterior, el IEPS federal a las gasolinas y al diesel empieza a recaudar, al eliminarse gradualmente los estímulos fiscales, y de tener una recaudación negativa durante Mayo del año pasado, de -$10.8 mmp ya aporta una recaudación positiva de $17.7 mmp, apoyando a la mermada recaudación del ISR, la cual decrece en un 1.4% en términos reales durante Mayo, y especialmente la del IVA, la cual sigue mostrando una dinámica negativa importante, y decrece en 11.9% en términos reales, al pasar de $107.3 mmp recaudados en Mayo del año pasado, a solo $100.0 mmp en Mayo de este año, lo que no se asocia a una economía creciendo a una tasa superior al 2% real.

Es importante mencionar que en el caso del IEPS estatal a las gasolinas, el reporte nos recuerda que en Mayo del año pasado, Hacienda reportó que por este impuesto (100% participable a Estados y Municipios) solo se recaudaron, aunque Usted no lo crea, la absurda e inverosímil cantidad de $7.6 millones pesos, y nos informa que en Mayo de este año, se recaudaron $2,625.2 millones de pesos, saque Usted mismo conclusiones.

Verdaderamente me asombra que ninguno de los 32 Estados haya reclamado el año pasado, esta ridícula recaudación de IEPS estatal a las gasolinas y al diesel, a pesar de la enorme estructura de análisis y evaluación que tienen, en materia de participaciones federales.

Y a nivel anual, la recaudación de este tributo también acusa dinámicas y montos fuera de toda realidad, en perjuicio de Estados y Municipios, sin que se exija a la SHCP que reporte y reparta la verdadera recaudación de este tributo.

Ojalá haya alguien que le ponga este cascabel al gato.

El autor es economista de la UANL con especialidad en Finanzas Públicas.



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