En busca de contribuir a atacar el rezago habitacional por medio de la vivienda digna y la autoconstrucción, además de reducir el porcentaje de contaminación que genera el ramo de la construcción convencional, tres alumnos de la Universidad de Monterrey (UDEM) fueron premiados con el primer lugar por la iniciativa Promax Challenge.
El proyecto MoBlock, Construcción Sustentable, propone la fabricación de un block de concreto, pero en un formato modular ‒como en los juegos para armar‒, y la sustitución de la arena de la mezcla tradicional por caucho triturado, lo que evita la demolición de piedra de los cerros regiomontanos y recicla neumáticos de desecho.
Adicionalmente, los alumnos Leonel Hinojosa Cervantes, Saúl Sebastián Sánchez Rodríguez y Aarón Erubey Zamorano de la Rosa, de octavo semestre de Ingeniería Civil de la UDEM ‒que actualmente evolucionó a Ingeniería Civil y Ambiental‒, propusieron, dentro de su modelo de negocio, que por cada 10 blocks que compre su clientela, su empresa donará dos para las comunidades que lo requieran en Nuevo León.
Según este equipo estudiantil, MoBlock hace que la pieza sea más ligera, mejora las propiedades termoacústicas, hace el trabajo de construcción más accesible ‒incluso para que lo hagan los propios habitantes, porque no necesita mortero para unir blocks‒, además de que representa una reducción de emisiones de CO2, un ahorro significativo en el proceso de construcción y, sobre todo, un impacto positivo en el bienestar de las personas.
La clave, según Saúl, fue investigar la factibilidad de mezclar el concreto con el caucho triturado.
Promax Challenge es una iniciativa, impulsada por Fundación Promax y Filiales de Grupo Promax, que presenta un reto a estudiantes de Nuevo León, buscando que sean agentes de cambio al detectar e incidir en grupos vulnerables a través de propuestas innovadoras de impacto social.
La UDEM apoya a Promax Challenge, a través del Hub de Emprendimiento, en la búsqueda de los equipos estudiantiles y en el acompañamiento en el desarrollo de sus proyectos en la primera etapa de la competencia, en un bootcamp con la participación de un mentor, que en este caso fue Yanniz Valadez Cortés, coordinadora de Yunus Innovation Pathway Center del Hub.
“Prácticamente, fue estar con ellos hasta el pitch que se realizó para llegar a las semifinales; posterior a eso, fue acompañarlos para que fueran avanzando, que estuvieran activos y utilizando los recursos que el Promax Challenge les estaba dando para hacer este perfeccionamiento del modelo de negocios y su proyecto de emprendimiento social, también se les acompañó el día del challenge, dándoles apoyo”, indicó Valadez Cortés.
REZAGO HABITACIONAL
Lo que Leonel, Saúl y Aarón buscaron, a través de su proyecto, fue elevar la calidad de la vivienda, especialmente en las zonas conurbadas, en la periferia de las ciudades, donde los habitantes construyen por sí mismos casas de láminas, de tarimas y de lonas.
Como Saúl lo indicó, los habitantes de estas zonas tienen ingresos que están por debajo de la línea de bienestar y no les alcanza para tener una vivienda digna.
“Es un riesgo para la salud estar expuesto a la intemperie, a la humedad, al frío, a problemas de salud que se transmiten por el suelo, a virus y bacterias en general”, indicó.
Según el documento El rezago habitacional en México (CONAVI, 2015), una vivienda se encuentra en condición de rezago habitacional cuando alguno de sus elementos básicos (paredes, techo o pisos) está construido con materiales generalmente de desecho, como lámina, cartón, carrizo, bambú o palma, embarro, bajareque, madera, teja y pisos de tierra.