Monterrey

Miguel Moreno Tripp: Desarrollo estabilizador

Las políticas monetarias como las fiscales se utilizan para regular la actividad económica a lo largo del tiempo.

De acuerdo con el CFA, “La política monetaria se refiere a las actividades de los bancos centrales que están dirigidas a influir en la cantidad de dinero [y, por ende, el control de la inflación, aunque hay otras visiones] y crédito en una economía. Por el contrario, la política fiscal se refiere a las decisiones del gobierno sobre impuestos y gastos. Tanto las políticas monetarias como las fiscales se utilizan para regular la actividad económica a lo largo del tiempo. Se pueden utilizar para acelerar el crecimiento … o para moderar el crecimiento y la actividad cuando una economía comienza a sobrecalentarse. Además, la política fiscal puede utilizarse para redistribuir el ingreso y la riqueza.

El objetivo general de la política monetaria y fiscal es normalmente la creación de un entorno económico en el que el crecimiento sea estable y positivo y la inflación estable y baja …. En un entorno económico tan estable, los hogares pueden sentirse seguros en sus decisiones de consumo y ahorro, mientras que las empresas pueden concentrarse en sus decisiones de inversión ….

Los desafíos para lograr este objetivo general son muchos. No solo las economías son frecuentemente sacudidas por choques (como la volatilidad del precio del petróleo), sino que algunos economistas creen que también existen ciclos naturales en la economía.”

Que utopía. Al menos actualmente. Sin embargo, al volver a ver el documental México Siglo XX: Banco de México de Enrique Krauze (adversario o aliado a conveniencia), ampliamente recomendado, se describe al “Desarrollo estabilizador”. Hay opiniones de cuando empezó y terminó. Pudiera considerarse que inició el sábado de gloria del 17 de abril de 1954 con una devaluación de 8.65 a 12.50 viejos pesos por dólar, concluyendo el 1 de septiembre de 1976 con la siguiente devaluación a 20.50 ¡un 64%!

Recordemos que “… se creo una nueva unidad del sistema monetario de los Estados Unidos Mexicanos equivalente a mil pesos actuales” a partir del 1 de enero de 1993. Los 17 pesos por dólar actuales equivalen a 0.0125 pesos por dólar de entonces.

Casi citando textualmente dicho video, “se lograron tasas de crecimiento del 6% anual, sin exportar petróleo ni endeudamiento considerable”. Nótese que las tasas de crecimiento estaban en territorio de las de la economía china.

Los rainmakers fueron Don Rodrigo Gómez, nacido en Linares, NL y coterráneo de mi abuelo, (seguramente sabe que la presa de la boca es en realidad presa Rodrigo Gómez), un autodidacta que dirigió a BANXICO por 18 años, e hizo mancuerna con Antonio Ortiz Mena, Secretario de Hacienda de 1958 a 1970. No hay un día oficial que celebre sus natalicios. Signo de nuestras prioridades como país.

¿Cómo lo hicieron? Sin sobre-simplificar, se fomentó la inversión privada (muchas de las grandes empresas consolidaron su desarrollo en esa época), alineados con los derechos laborales (¿se acuerda de Fidel Velázquez?), pero también inversión de gobierno.

Si bien no basta con promesas (incumplidas) o buenos deseos, tampoco está tan difícil “alinear las estrellas” logrando bienestar para todos. Pero la idea es que en México estemos enconados unos con otros.

Ps. ¿Se pagan impuestos para ser denostados y encima violen el secreto fiscal -delito que amerita cárcel- en contra de quien no es como sus candidatos: sumisos sin méritos propios? Simple y puro terrorismo fiscal que se une al narcoterrorismo. Una palabra qué, por lo pronto hay que añadir al auto-corrector, aunque por la fuerza del uso en México, en siguientes versiones ya estará incluida. Lo lograron: transformaron a México en una (narco)dictadura de país bananero abusando del poder en contra de quien sea.

COLUMNAS ANTERIORES

Se expande Doña Tota de la mano de Oxxo
Trasladará Kimball Electronics producción de EU a Reynosa

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.