El reciente anuncio de la creación de un fondo de inversión conjunta por casi 138 millones de dólares por parte de The Coca-Cola Company y 8 socias embotelladoras que representan más del 50% de su volumen a nivel mundial, entre ellas las regias Arca Continental y Coca-Cola Femsa, abre oportunidades para escalar globalmente emprendimientos locales en materia de sostenibilidad.
Este fondo busca invertir en start-ups a través de Greycroft, joven empresa de venture capital con sede en Nueva York y los Ángeles, que en sólo 7 años se ha convertido en una de las estrellas fondeadoras en el ecosistema emprendedor a nivel global, acumulando a la fecha más de 3 billones de dólares en activos.
Greycroft es una empresa joven e innovadora, que se ha caracterizado por invertir principalmente en compañías emergentes de consumo, internet, medicina y software, principalmente digitales, como la aplicación de citas Bumble, Assana, fintechs y otras por el estilo.
Coca-Cola y sus socias tienen sus llantas bien puestas en tierra con un negocio de consumo masivo y distribución muy anclado a la comercialización tradicional, pero con importantes avances en la digitalización de su operación y la continua innovación que los ha mantenido en el liderazgo del mercado durante décadas.
Lo más relevante es que a través de esta sociedad buscan invertir en tecnologías, empresas e ideas que les permitan reducir la huella de carbono del sistema, con foco en empaque, cadena de suministro, distribución y refrigeración.
Según la propia co-fundadora y directora general de Greycroft, Dana Settle, en una entrevista con CNBC, tratarán de invertir en iniciativas en las que las 8 embotelladoras puedan unirse para desplegarlas globalmente, que estén en una etapa temprana de su desarrollo tecnológico y que puedan tener un impacto significativo en el medio ambiente.
Se trata de iniciativas que se sumen o potencien las que ya realiza el sistema Coca-Cola para impulsar una economía circular de sus empaques, como PetStar, la planta recicladora de PET grado alimenticio más grande del mundo, o que disminuyan el consumo de combustibles fósiles, que hagan más eficientes sus equipos de refrigeración o la distribución de sus productos, entre otras.
Es una gran oportunidad para los emprendedores que sueñan con lograr con sus empresas un “epostracismo”, es decir, lanzar una piedra al agua y que rebote al menos tres veces, con un triple impacto positivo: ambiental, social y económico.
Según el Libro de Récords de Guinness, el epostracismo más largo registrado a la fecha es de 88 rebotes, analogía que aplicada a emprendimientos sostenibles equivaldría a generar ideas tan bien pensadas, lanzadas y anguladas que multipliquen su impacto en la cultura de las personas, para lograr que empresas, autoridades y sociedad en general participen activamente en su implementación y difusión.
La mesa y los millones para escalar esas ideas están puestos en www.greycroft.com.