Ante prácticamente la imposibilidad de incluir en sus propuestas el costo de un acto de inseguridad y no quedar fuera de mercado, las empresas constructoras viven esperando no toparse con ese ilícito y así poder lograr una ganancia.
Francisco Solares, presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) dijo que los riesgos, entre ellos el de la inseguridad, tienen un costo, y los propietarios de los proyectos no quieren correr con esos gastos, por lo que ante un siniestro de cualquier tipo lo tiene que pagar la constructora.
“Si los evaluamos y los incluimos en nuestras ofertas y nos dicen: ´no, estás fuera de mercado´”, enfatizó.
Solares dijo que no hay manera de obtener un dato preciso sobre el costo de la inseguridad para poder ponderarlo en el total del proyecto, ya que desconocen si sufrirán el robo de equipo o si tendrían que pagar derecho de piso, lo cual, esto último se está dando en varios lugares del país.
“Eso (la inseguridad) entra dentro de los imprevistos en todas las propuestas y cada empresa sabe cuánto considera de imprevistos, no hay tabulador general que diga ´tú ponle un 5 por ciento de lo que es el costo directo por si te toca esto´”, indicó durante la rueda de prensa previa a la Reunión Regional Noreste de CMIC.
Además, cada empresa hace su evaluación del costo de la inseguridad dependiendo si la obra se hará en el municipio de Monterrey, en la Sierra de Sinaloa o en Zacatecas.
El dirigente nacional reveló que en muchas de las veces los constructores por la necesidad de trabajar dicen: “bueno, espero que no me toque, y si me toca, en lugar de ganar en la obra a lo mejor le tengo que poner de la bolsa, porque si no, estoy parado y mi gente no tiene trabajo”.
Al hablar de las expectativas del sector para el cierre del año, dijo que con la inversión del nearshoring y también la privada que inicialmente se está dando en la franja fronteriza como Tijuana y Ciudad Juárez, así como en Nuevo León, el crecimiento será de 6 por ciento respecto a 2022.
Agregó que con ello, incluso, no se alcanzará el nivel de facturación de las constructoras en 2019, y para lograrlo, el sector tendría que crecer 18 por ciento en 2024, algo: “prácticamente imposible”.
El directivo afirmó que la tendencia a la baja en la producción de las constructoras no data de 2019 a la fecha, sino desde antes, ya que de 2008 al 2021 la facturación de estas empresas es 34 por ciento menor.
Y eso afecta, señaló, porque hay una infraestructura insuficiente para el desarrollo del país, y lo cual ahora se torna crítico ante la intención de empresas por establecer plantas para suministrar el mercado de Estados Unidos.
Por su parte, Roberto Macías, presidente de la CMIC en Nuevo León, comentó que para la entidad se espera un crecimiento superior al promedio nacional.
“El 70 por ciento de la Inversión Extranjera Directa se capta aquí en Nuevo León, la expectativa considerando el nearshoring y el crecimiento de la obra privada sí va a incrementar un poco más de ese 6 por ciento (que se espera a nivel nacional)”, explicó.