El INEGI acaba de dar a conocer los resultados de su encuesta nacional de ocupación y empleo (ENOE) correspondiente al mes de septiembre de este año, y si bien los medios de comunicación le dan preeminencia al dato de la menor tasa del desempleo abierto, la cual se ubicó en 2.9% de la población económicamente activa (PEA), hay más información que incluye el INEGI en su reporte y en su base de datos, que vale la pena analizar y comentar.
Dentro de los indicadores adicionales que reporta el INEGI, de mayor importancia incluso que la tasa de desempleo abierto, hay uno en particular, referente a la población empleada, pero en “condiciones críticas de ocupación”, ya sea por trabajar tiempo parcial, por ganar un salario insuficiente, o por otra causa, que hace que estos trabajadores se mantengan en búsqueda activa de un mejor empleo, y siguen presionando el mercado laboral, además de los que se declaran abiertamente como desempleados.
Bueno, pues este indicador de la tasa de condiciones críticas de ocupación nacional, (la cual se reporta solo trimestralmente), que a finales de 2021 era de 24.0%, y a finales de 2022 de 29.1%, para el tercer trimestre de este año se reporta en 30.1% de la PEA, por lo que no se ha podido revertir el deterioro en este indicador complementario a la tasa de desempleo abierto.
Es decir, en los últimos dos años, este indicador está aumentando en un 6.1% como proporción de la PEA, la cual supera ya las 60.9 millones de personas, y representa en números absolutos más de 3.7 millones de trabajadores, que se han sumado a los 14.6 millones que ya existían en estas condiciones precarias o insatisfactorias de trabajo, que sumados a los casi 2 millones de desocupados abiertos, suman más de 20 millones de mexicanos buscando activamente, ahora mismo, un empleo, y representan el 33% de la PEA.
Lo anterior nos revela que la calidad de los empleos que se han venido generando en los últimos años en nuestro País, no son del todo satisfactorios para los nuevos trabajadores, ya que mantienen y externan su deseo de seguir buscando trabajo, y que tomaron el empleo que encontraron para empezar a ganar algo de dinero, en lo que encuentran un mejor puesto remunerado.
Otro dato adicional que proporciona la misma encuesta nacional de ocupación y empleo, es que los puestos de trabajo en la economía informal siguen ocupando a la mayor parte de los mexicanos que trabajan, y para septiembre de este año, ese porcentaje se reportó en 54.1%, apenas una reducción de poco más de un punto porcentual, sobre el porcentaje reportado hace un año.
En cuanto a las remuneraciones que reportan percibir los entrevistados, se revela que el 32.7% de los trabajadores ocupados devengan ingresos iguales o inferiores a un salario mínimo, y el 33.9% informa que su salario se encuentra en el rango de entre 1 y 2 salarios mínimos, por lo que dos terceras partes de los trabajadores empleados ganan dos salarios mínimos o menos.
Si bien es cierto que el salario mínimo ha estado registrando incrementos porcentuales por arriba de la inflación general al consumidor, el aumento en los precios de los alimentos ha sido más elevado, lo que ha repercutido en que el indicador macroeconómico del consumo a nivel nacional, haya hilado ya tres meses con crecimiento negativo, situación que no corresponde al dato del mismo INEGI, en el sentido que la economía está creciendo incluso por arriba del 3% real, ya que el consumo representa como el 80% del PIB.
Otro dato contrastante, que riñe con el del crecimiento real en el PIB, es que la recaudación del impuesto al valor agregado, viene reportando una caída del 8% en términos reales, acumulada en los primeros nueve meses del año, impuesto que grava al consumo final, y que tampoco avala ni se asocia a un crecimiento del 3% en el PIB real.
El mensaje final, entonces, es que hay que analizar y evaluar de manera completa la información “oficial” que reportan nuestras autoridades, como en el caso de la ENOE, evitando caer en triunfalismos por mejoras marginales en indicadores parciales, como la tasa de desempleo abierto, que al analizar de manera más completa los resultados, se diluye y no revela una mejoría satisfactoria para los trabajadores mexicanos.