Como lo he comentado en notas anteriores, la metodología que utiliza la Secretaría de Hacienda para contabilizar la deuda pública del sector público federal, (gobierno federal más organismos y empresas) y que es la que incluye en sus comunicados oficiales, corresponde a un concepto de deuda “neta”, diferente al concepto de endeudamiento neto que se incluye en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, y diferente al concepto de deuda neta que le autorizan los Diputados en la Ley de Ingresos de la Federación, ya que ésta autorización para contratar más deuda, se establece como “neta” de amortizaciones de la deuda, y específicamente se señala que el monto de mayor deuda neta a contratar, NO incluye colocaciones de deuda cuyo destino sea amortizar deuda vieja.
Por ejemplo, si Hacienda, o algún Organismo o Empresa del sector público federal desea reestructurar una deuda, y pide prestado para pagar la deuda anterior, la nueva deuda NO aumentará el saldo de lo que deben, ya que lo que entró, se aplicó al pago de pasivos, dejando igual el saldo insoluto adeudado.
Bueno, pues en el caso de la estadística que reporta la Secretaría de Hacienda, en el apartado de Deuda Pública, que incluyen en sus informes al Congreso, el dato de deuda “neta” que reportan para el Gobierno Federal, lo determinan RESTANDO al saldo que deben, las disponibilidades de efectivo en la Tesorería de la Federación, por lo que reportan un dato de deuda “bruta” (que es el bueno) y otro dato de deuda “neta”, deduciendo el dinero disponible que tienen en caja, y es el que usan como dato oficial.
Es como si Usted, amable lector, contrata un crédito personal y por lo pronto no lo gasta, y lo mantiene en su chequera, y haciendo esto (no gastar aún el dinero) afirma que su deuda “neta” es de CERO, ya que al saldo de su crédito le resta su saldo en chequera, como ven?
De esta manera, en el último reporte de las finanzas, con datos al mes de Octubre de este año, la deuda “neta” del sector público federal la reportan $14,691.5 miles de millones de pesos, mientras que la deuda “bruta” alcanza los $15,368.7 miles de millones de pesos, es decir, hay una diferencia entre estas deudas de $677.2 miles de millones de pesos, que el gobierno federal tiene en caja, y esa deuda aún no gastada, representa 2.1% del Producto Interno Bruto, de deuda ya contratada, que no reportan.
Ahora bien, para 2024, el Congreso de la Unión ya les aprobó un endeudamiento neto adicional (neto de amortizaciones de la deuda) por la friolera de $2,520.6 miles de millones de pesos, o $2.52 Billones de pesos, que es la cantidad que solicitó el Ejecutivo Federal y se consigna en el artículo 2 de la Ley de Ingresos de la Federación, y se integra por una autorización al Gobierno Federal para contratar más deuda en 2024 por un monto total de $2,297.8 miles de millones de pesos, mientras que a Pemex se le autoriza a contratar $201.9 miles de millones de pesos, y a la CFE un monto mayor de deuda por $20.9 miles de millones de pesos, por lo que la deuda total del sector público presupuestal (interna más externa) aumentaría el próximo año en 7.3% del PIB proyectado para 2024.
Si los requerimientos financieros que proyecta el Ejecutivo Federal para 2024, suman $1,864.9 miles de millones de pesos, para qué solicita autorización al Congreso para aumentar la deuda pública federal en $2,520.6 miles de millones de pesos? lo que le dejaría un remanente de ingresos de $655.7 miles de millones de pesos SIN DESTINO DE GASTO en el presupuesto de egresos autorizado?
Más aún, si a octubre de este año reportaban en la TESOFE disponibilidades de efectivo por $677.2 miles de millones de pesos de deuda ya contratada pero sin gastar, y para 2024 recibirían ingresos adicionales por $655.7 miles de millones de pesos, esto generaría un “cochinito” de más de $1.33 billones de pesos!!!! cantidad que podría ser utilizada para “lubricar” el voto ciudadano a favor del partido en el poder, y/o para el “año de hidalgo”, ya tradicional en nuestro México.
Finalmente, si se coloca todo el financiamiento autorizado para el próximo año, equivalente a 7.3% del PIB, la deuda bruta alcanzaría al cierre del sexenio unos $18.2 billones de pesos, cuando a finales de noviembre del 2018, cuando la nueva administración toma el gobierno, la deuda bruta era de solo $11.2 billones de pesos, por lo que en este sexenio la deuda bruta del sector público federal habría aumentado en $7 billones de pesos y alcanzaría el 52.7% del PIB de 2024, cuando se ha dicho hasta el cansancio que la deuda NO HA AUMENTADO.
Y la cereza en el pastel, es que si calculamos la deuda a contratar, como proporción del gasto neto aprobado, se tiene que $28 pesos de cada $100 que se van a gastar en 2024, serán pagados con más deuda, lo que nos debe llamar a reflexionar sobre la urgente necesidad de reducir el gasto público federal, y no usar esto como justificante de que se necesita una reforma impositiva para darle más dinero al gobierno.