Tiempo de reflexión y época de buscar una guía. Se cierra un año con mucha incertidumbre para el siguiente. Se cierra un año con mucha incertidumbre política. Más que nunca, nos faltan líderes y liderazgo con más integridad y enfoque a lo importante. Los líderes, como lo he mencionado en muchas columnas, ocupan un mejor enfoque y entender el 80/20. El desarrollo de virtudes y el combate a los propios vicios nos ayudará llegar más lejos.
Aún más crucial navegando en la vida y en los negocios es tener un norte. Un norte espiritual que celebramos en estas fechas navideñas, donde queda claro que los líderes con un fin espiritual y moral llegarán más lejos. Nos ayuda discernir que en estas fechas debemos recordar: “Jesus is the reason for the season.” Nació el Rey de reyes, el Gobernador de gobernadores, en fin, nuestro Salvador, que venció a la maldad y en su tiempo ni Herodes el Grande, quien fue grande en crueldad y grande en sus ansias de poder pudo cambiar la historia.
En Herodes podemos ver una ambición ciega y un amor enfermo por el poder. El poder ocupa el servicio, la moralidad y lo espiritual para poder trascender. La creación, el pesebre, la cruz y la corona del Rey de reyes son inamovibles y de bendición. La vida de Jesucristo sirve como ejemplo y recordatorio de liderazgo y de verdadera esperanza.
Al final, es esencial de retornar a los valores. En especial, dentro de las empresas y durante cualquier proceso de la planeación estratégica debemos definir los principios inamovibles, que determinan cómo deben actuar los y las colaboradores y particularmente el equipo de líderes. Hay un área de oportunidad de fortalecer el desarrollo de nuestros valores y competencias.
En este sentido, se cierra un año con esperanza. Sí, se pueden mejorar las cosas siempre y cuando cambiemos nuestro espíritu de servir al otro. La grilla, la venganza y la injusticia solamente se pueden erradicar con humildad, diligencia y amor.
Conceptos tan difíciles de aplicar, pero tan inmensamente sustanciales para avanzar como persona, empresa o país. Se cierra un año con mucha esperanza de que los buenos se juntan aún más y mejor para hacer cosas trascendentales.
Esperanza en cambiar el rumbo para algo mejor. Más que nunca tengo certeza en el futuro, que sea un futuro de bendición y no de calamidad. No viene gratis este futuro porque se necesitan fe, determinación y servicio. El que no sirve, no sirve. Y considero que el 2024 será un año de servicio. En los gobiernos del mundo, incluyendo en los gobiernos corporativos, ocupamos más actividades y acciones útiles.
Entonces les dejo con el reto de definir, ¿cómo podemos ser más útiles y de mayor utilidad en el 2024? La avaricia se resuelve con generosidad, la soberbia con humildad, la ira con paciencia, la pereza con diligencia, la improvisación con preparación y la falta de productividad con estrategia. Seamos más proactivos y tengamos iniciativas para cambiar el rumbo para bien.
Darle un nuevo sentido al “Sí, se puede”. Seamos más humildes, un gran reto personal, y lo que considero ayuda es diariamente alzar los ojos al cielo, recobrar la razón y bendecir al Altísimo, al que vive para siempre. Porque su dominio es un dominio eterno y su reino permanece de generación en generación.
Despedimos el 2023, que fue un año de aprendizaje para un mejor mañana. Que tengan todos una muy bendecida Navidad y un próspero 2024 con trascendencia en lo personal, profesional y espiritual. Recordemos que hay esperanza y yéndonos a la fuente de la esperanza, hay solución. Recordemos que la prosperidad debe ser compartida, y nunca es un fin en sí mismo. En la redefinición sobre “qué es el éxito” hay mucha solución también. Irnos más profundos. En fin, trascendamos Amigos y nunca perdemos la fe y la humildad.