Comenzamos el año 2024 con noticias en el ámbito económico y financiero que, de la mano de los altos indicadores de inseguridad a nivel nacional, nos invitan al menos a reflexionar y opinar sobre su naturaleza, causa y potenciales implicaciones.
Probablemente entre esas noticias, una que destaca es la iniciativa de reforma que desde el gobierno federal, en voz del presidente Andrés López Obrador, pretende modificar el sistema de ahorro para el retiro del país.
El objetivo de dicha reforma sería incrementar el monto de pensión con el cual los trabajadores se jubilarían, permitiendo que éste sea suficiente para garantizar una vida digna en esa etapa de su vida, incluso garantizando que sea equivalente al último sueldo percibido por el trabajador.
Si bien dicho objetivo puede ser defendible como meta, los mecanismos que se proponen para alcanzarlo carecen del sustento sobre la capacidad para lograrlo.
En particular, parte de dicha propuesta consiste en un aumento en las aportaciones que realiza el gobierno a las cuentas de los pensionados, pero que estas cuentas pasen de nuevo a ser administradas por el gobierno federal, dando marcha atrás a la reforma impulsada por el presidente Ernesto Zedillo en su mandato en la década de los 90.
Como sabemos, el control del sistema de pensiones mexicano en 1997 pasó a manos de administradoras de fondos privadas (Afores), que de acuerdo a datos de la Consar, a octubre de 2023 gestionaban aproximadamente 5.4 billones de pesos (casi 320,000 millones de dólares), lo que representa cerca de un 20% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. En un país en donde el ahorro es escaso y el componente de pensiones constituye su pilar fundamental, el concentrar todo ese ahorro en manos del gobierno federal resulta en un grave riesgo no solo para el ahorro de los trabajadores y el sistema financiero, sino también para las finanzas públicas del país.
Mucho se ha criticado la eficiencia y capacidad de operación del sistema de Afores en el país, en particular para proveer rendimientos adecuados que garanticen la mejor oportunidad de inversión para los ahorradores.
Con esta pregunta en mente, hace algunos años mi colega Julio Arteaga (UANL) y yo realizamos un estudio para investigar sobre la naturaleza de la permanencia de las Afores en el mercado, buscando indagar si la concentración y el poder de mercado de las de mayor tamaño podrían representar una amenaza en la operación del mercado, y por tanto afectar la supervivencia de las administradoras que permanecen en el mercado.
En el trabajo académico publicado en diciembre de 2020, analizamos la endogeneidad del número de competidores en el mercado de Afores, estudiando los determinantes de su supervivencia en el largo plazo. Para este fin, aprovechamos la capacidad de observar este mercado desde el inicio de sus operaciones en diciembre de 1997, para dar seguimiento a la evolución de sus participantes, identificando diversas variables que, potencialmente, podrían afectar la permanencia de las Afores como su eficiencia, tamaño, tipo de entrada, salida, o relación con un banco, y los efectos de la reforma de 2008 en este mercado.
Empleando una serie de especificaciones paramétricas en los modelos que estimamos para probar la robustez de los distintos determinantes tradicionales en los estudios de estructura de mercado, se encontró que los únicos factores que consistentemente influyen en la probabilidad de supervivencia de una Afore, son la tecnología asociada con su escala, la medida absoluta de su tamaño, y el tipo de salida, particularmente, si esta última fue por liquidación.
Considerando la enorme importancia que tienen los sistemas de pensiones en un sistema económico, este trabajo abre una nueva agenda de investigación en torno al funcionamiento de la industria de las Afores en México, a poco más de 25 años de su inicio.
En particular, la investigación publicada muestra evidencia que apunta a la necesidad de identificar las fuentes de innovación tecnológica que determinan la escala de estas empresas, puesto que serían los factores que podrían incidir en el número de participantes en el largo plazo, ampliando así la atención y calidad potencial de este servicio.
En otras palabras, el tema fundamental de la eficiencia de las Afores no consiste en concentrar su operación en manos de un gobierno regulador, sino en proveer mecanimos que permitan su funcionamiento eficiente a gran escala, reducción en sus costos de operación, cuidado en la calidad de los activos sobre los que invierten sus recursos, y de la mano de incentivos a un ahorro marginal mayor por parte de los trabajadores, garantizar así mejores condiciones de vida para los pensionados al momento de su jubilación.