En días pasados en redes sociales, el subsecretario de hacienda, Gabriel Yorio, informó, con motivo de la colocación de deuda externa por un monto histórico de $7,500 millones de dólares, que el saldo de la deuda neta del sector público federal había cerrado el año pasado en 47.2% del PIB, pero si revisamos las estimaciones de cierre que la propia secretaría incluyó en los criterios generales de política económica para este año, se tiene que la previsión de cierre para 2023, era de una deuda neta de 46.3% del PIB, cifra casi un punto porcentual inferior a la ahora reportada de cierre.
Por otro lado, con relación a la deuda reportada en 2022, según criterios de política económica para 2024, el saldo neto de la deuda pública federal al cierre de 2023, aumentaría 2.6 puntos porcentuales como proporción del PIB, pero ahora resulta que el incremento en la deuda en 2023, fue de 3.5 puntos como proporción del PIB.
Otro dato importante que es interesante comentar, es que las previsiones de cierre de la deuda externa para 2023, medida en pesos, se calcularon considerando un tipo de cambio de $17.30 pesos por dólar, al cierre del año, sin embargo, la paridad peso-dólar cerró el año en $16.89, registrando una mejora de 41 centavos por dólar, misma que debió haber reducido el saldo en pesos de la deuda externa, en unos $90 mil millones de pesos, con lo que el saldo de la deuda externa, como proporción del PIB, se redujo en 0.36 puntos, con relación al cierre proyectado en el documento de criterios 2024.
De tal suerte, si el saldo total de la deuda externa se redujo en 0.36 puntos del PIB, y el saldo de la deuda total aumentó en 0.9 puntos del PIB, se deduce que el saldo de la deuda interna tuvo un aumento de 1.26 puntos como proporción del PIB, entre la cifra de cierre para 2023 consignada en el documento de criterios, y la ahora reportada por el subsecretario al inicio del año.
Un aumento en el saldo de la deuda interna de 1.26 puntos porcentuales del PIB en 2023, equivale a $403 mil millones de pesos, cantidad en la que aumentó la deuda tan solo con relación al cierre previamente estimado, por lo que es un hecho que el déficit financiero haya aumentado en ese mismo monto.
La posibilidad de que el mayor endeudamiento se haya quedado en “disponibilidades” en la Tesorería de la Federación, (TESOFE) y el dinero no se haya utilizado para pagar un mayor déficit, se desecha porque la Secretaría de Hacienda siempre utiliza el dato de deuda “neta” en sus reportes, la cual, como ya lo he comentado en notas anteriores, excluye las disponibilidades en caja de la TESOFE, por lo que la deuda “bruta”, sin excluir estas disponibilidades en caja, es mayor en casi dos puntos porcentuales como proporción del PIB.
De hecho, las disponibilidades de recursos en chequera, al cierre de 2022, (saldo de la deuda bruta menos el saldo de la deuda neta) fueron de solo $210 mil millones de pesos, y así se inició el año 2023, disponibilidades que fueron creciendo hasta alcanzar en octubre pasado los $677 mil millones de pesos, y bajaron a $495 mil millones de pesos al mes de noviembre, por lo que usaron unos $182 mil millones de pesos para aplicarlos al gasto, y lo más seguro es que hayan continuado bajando en diciembre, ya que tuvieron que colocar unos $400 mil millones de mayor deuda, de acuerdo al dato proporcionado por el subsecretario del ramo.
Otra conclusión que se deriva de este mayor endeudamiento público, es que el Ejecutivo Federal seguramente está violando la autorización que le diera el Congreso de la Unión para contratar más deuda en el ejercicio fiscal 2023, la cual era del orden de los $1.3 billones de pesos, y se debe exigir una explicación al respecto, y proceder a fincar las responsabilidades administrativas correspondientes, conforme haya lugar, aunque lo conducente en estos momentos, es esperar la publicación oficial de estas cifras, ya que si bien una declaración del subsecretario se toma como oficial, todavía no se publican los datos definitivos.
Si consideramos que el programa de cierre para 2023 incluía un recorte al gasto neto presupuestal aprobado por los Diputados, de unos $270 mil millones de pesos, el saldo de la deuda anunciado por el subsecretario Yorio, implicaría que el año pasado no solo no se habría recortado el gasto, sino que incluso podría haber sido superior al aprobado, ya que de otra manera, no se hubiera requerido colocar más deuda.
Será interesante ver como intentan cuadrar estas cifras en el reporte oficial.
Finalmente, 47.2% de deuda a PIB equivalen a $15.1 billones de pesos de deuda neta total para 2023, y si le sumamos los $2.5 billones de más deuda aprobada para 2024, el saldo de la deuda neta alcanzaría los $17.6 billones de pesos al cierre del sexenio, cuando al inicio fue de $10.8 billones de pesos, un incremento de casi $7 billones de pesos, un 63% más en tan solo seis años.
Es decir, el 40% del saldo total de la deuda del sector público federal, la habrá contratado y gastado este gobierno de la 4T en solo un sexenio, y el 60% restante, en más de 70 años de gobiernos priistas y panistas.
Y todavía insiste el inquilino de Palacio en decir que la deuda no ha aumentado, y peor aún, hay quienes le creen.