Monterrey

Mayra Peña: Resiliencia en la cadena de suministro

Mayra Peña

Cuando buscamos una definición de resiliencia, podríamos encontrar cientos de ellas; sin embargo, todas convergen en tres palabras: adaptabilidad y flexibilidad, es decir, la capacidad de volver a la normalidad tras momentos críticos y de adaptarse tras experimentar situaciones inusuales e inesperadas.

Durante tiempos de pandemia, esta palabra se hizo muy popular, por lo que resulta familiar para la mayoría de las personas.

Ahora, enfoquémonos en su aplicación en la cadena de suministro: aquellos que hemos trabajado durante mucho tiempo en este campo nos damos cuenta de que siempre hemos enfrentado retos, ya sea por imprevistos como un recall debido a un defecto de diseño en un producto o su fabricación, cambios dramáticos en la demanda, huelgas, escasez de materias primas, fallos en maquinaria, entre otros.

La diferencia actual radica en la velocidad con la que surgen estos eventos imprevistos y cómo la globalización contribuye a que cualquier elemento político, económico, social, ambiental y de salud pueda afectar la cadena de suministro.

Hemos tenido ejemplos claros donde un buque varado en el canal de Suez paralizó la logística de abastecimiento entre oriente y occidente, así como una sobredemanda que provocó una escasez masiva de semiconductores.

También, la guerra entre Rusia y Ucrania afectó significativamente a países emergentes como Egipto y Nigeria, dado que Ucrania es uno de los principales productores de granos y fertilizantes. Por otro lado, los bloqueos a Rusia han impactado los precios de los energéticos.

Al revisar situaciones como las mencionadas anteriormente, nos damos cuenta de que muchos de estos eventos escapan del control de las organizaciones, pero también de que existen acciones y alternativas para superar estas crisis.

Al aplicar esto a las cadenas de suministro, observamos factores que permiten una rápida adaptación y flexibilidad, desde mi experiencia los puntos que mencionaré serían un buen punto de partida.

Liderazgo Resiliente: Tener un fuerte sentido de propósito que proporcione impulso e inspiración en el trabajo. Ante la adversidad, los equipos necesitan líderes resilientes capaces de guiarlos, inspirarlos y mantener su moral. Estos líderes deben demostrar fortaleza emocional, temple, mantener niveles altos de energía y optimismo, además de tomar decisiones de manera ágil y eficiente.

Sin duda nuestros equipos apreciarán y valorarán su lugar de trabajo cuando, aunque se sepa que se viven tiempos difíciles, el liderazgo de la organización cuente con la estrategia a seguir enfocándolos a trabajar productivamente y contribuyendo con ideas innovadoras de mejora.

Gestión de Riesgos: Más que tratar de solo predecirlos, es orientarnos a mitigarlos. Establecer planes de mitigación vistos desde una manera integral que incluya los diferentes eslabones de la cadena de suministros. Ejemplos claros que podemos ver en México es cómo el nearshoring impactaría nuestros esquemas logísticos de transportación, obtener la mano de obra calificada necesaria ante la fuerte demanda de esta y el desarrollo de proveedores confiables.

Ahora más que nunca estas variables podrían cambiar al contrapuntear objetivos de departamentos, como por ejemplo el área de manufactura esbelta y finanzas no podrían estar muy de acuerdo en que unas de las acciones preventivas por la extensión sorpresiva de LT o tiempos de tránsito o la escasez de RM o componentes, podrían ser incrementar stocks de seguridad o cambiar a políticas de ordenamiento más agresivas.

La colaboración a través de la información deberá permearse a todas las gerencias y a su vez a todos y cada uno de los integrantes de los equipos para poder implementar medidas preventivas y de mitigación adecuadas, cuidando y balanceando los impactos de la mejor manera, en pocas palabras, hacer de esto una cultura.

Correcto uso de la Información: Tener información oportuna y confiable, hacer uso de la tecnología, digitalización, el poder de las cosas (IoT), Big Data, inteligencia artificial por mencionar algunos. Estos nos permiten desde aplicar planes de mantenimiento predictivo hasta evaluar comportamientos de demanda y abastecimiento.

Sin duda la información es un elemento clave en la toma de decisiones, por lo que la calidad y confiabilidad de la misma resulta imprescindible, a mejor información menor riesgo o por lo menos menores sorpresas. Reducir la incertidumbre es un tópico muy valioso en la operatividad organizacional.

La resiliencia en las cadenas de suministro garantiza la continuidad en las operaciones y la satisfacción de nuestros clientes, haciendo que de manera proactiva se fijen bases que permitan a las organizaciones anticipar, adaptarse y recuperarse rápidamente ante cualquier contingencia del entorno.

Definitivamente, en este mundo donde el cambio es la única constante, el tener liderazgo, sinergia colaborativa y manejo óptimo de la información marcará la diferencia entre mantenerse como una opción ganadora en el mercado.

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