Monterrey

Rosa Nelly Trevinyo: Mercenarios en la Empresa Familiar

Su lealtad tiene precio.

Los directores en la empresa familiar tienen un lugar especial. Y es que, sean o no parte de la familia propietaria, se les aprecia y valora. Lamentablemente, no todos pagan con la misma moneda. Existen ocasiones en que, con tal de ganar dinero o inflar sus egos, echan por tierra la ética y el profesionalismo, y estropean la cultura organizacional.

Cuando los directivos están en el negocio solamente por dinero; cuando no tienen ilusión ni están pensando en ser mejores profesionales; cuando no saben enseñar ni desarrollar gente, la empresa sufre. Los directivos se convierten en mercenarios.

Un mercenario busca el beneficio personal, ya sea económico, de imagen, relaciones, estatus profesional. Su trabajo es una transacción. Su lealtad tiene precio. Los mercenarios laborales son más comunes en bandas salariales altas. De hecho, aquellos directivos capaces de crear espejismos, manipular los números y las situaciones de la empresa con tal de cobrar el bono son un claro ejemplo de ello.

Actitudes y comportamientos negativos sobran. No obstante, en esta columna me enfocaré solamente en los más destructivos:

1. Se Valen de su Posición para Corromper.

Algunos directivos aprovechan su puesto para influir en otros y ganar “favores” personales (tráfico de influencias), cobrar “comisiones” (sobornos), recibir “gratificaciones”, o incluso, para venderle a la empresa (caro y sin licitación) insumos o servicios vía prestanombres. Obviamente, los colaboradores se dan cuenta. Algunos se unen a la mafia. Otros, se hacen de la vista gorda, bajan su rendimiento, se enquistan o rotan.

2. Intimidan y Tratan a los Demás con Desdén.

Cuando el directivo ve a su equipo de trabajo hacia abajo, cuando los considera poco capaces, los amenaza y denigra, la gente termina por sentirse poco valorada. Si a esto le agregamos que los culpa de sus errores y los castiga; les promete (crea expectativas), les da largas y no les cumple, llega el punto en que el enojo, la apatía, el miedo y el desencanto explotan. Cuando la dictadura es un hecho, la revolución se vuelve un derecho. ¡Cuidado!

3. Fomentan la Inequidad Salarial Interna.

La equidad salarial interna supone que los colaboradores con habilidades, experiencia y puesto similares reciban una compensación parecida (dentro de un rango determinado)—esto incluye el salario, las prestaciones y otras formas de pago. Cuando se rompe la justicia salarial interna con tal de (a) comprar lealtades, (b) favorecer a “ciertas” personas, ó (c) “tapar” errores o vicios, la empresa pierde productividad, talento y rentabilidad.

4. Se Meten con la Nómina.

Que un directivo se “meta con la nómina” supone conflicto seguro en el trabajo. Una relación romántica o sexual entre colegas cuando uno ocupa un puesto de mayor jerarquía o existe una relación de subordinación, afecta la productividad y genera un ambiente laboral tóxico. Las relaciones inapropiadas son cada vez más delicadas en el ámbito corporativo, ya que no sólo plantean desequilibrios de poder y conflictos de interés, sino también, serios riesgos reputacionales y legales para la empresa (i.e. discriminación, acoso).

En breve: Una manzana podrida echa a perder a las demás… La decisión entre ser un directivo mercenario o un líder visionario es una cuestión de valores. ¿Así o más claro?

Escríbeme: rosanelly@trevinyorodriguez.com o contáctame vía LinkedIn, Twitter o Facebook.

Dra. Rosa Nelly  Trevinyo

Dra. Rosa Nelly Trevinyo-Rodríguez

Socia de Trevinyo-Rodríguez & Asociados, Fundadora del Centro de Empresas Familiares del TEC de Monterrey y Miembro del Consejo de Empresas Familiares en el sector Médico, Turismo, Agroalimentario y de Retail.

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