Monterrey

Daniel Maranto: Aportaciones de la física al desarrollo directivo

Daniel Maranto

Reflexionando sobre el tema de liderazgo en los inicios y desarrollo de una carrera directiva, tomo prestados términos de la física para utilizarlos como un símil en la construcción de una trayectoria directiva. Técnicamente, el Torque es la fuerza ejercida para realizar movimientos giratorios que, en términos muy sencillos, se puede entender como la fuerza de tracción o la capacidad para iniciar un movimiento y la potencia es la velocidad a la que se transfiere la energía o la rapidez en el aumento de la velocidad de desplazamiento.

Por ejemplo, un tractor tiene mucho torque, esto es, su capacidad para iniciar movimiento, pero no tiene mucha potencia, no avanzará a altas velocidades como lo puede hacer un carro de carreras. Cuando éramos pequeños y andábamos en triciclo comenzar a moverlo, con la fuerza de nuestras piernas, nos costaba trabajo, eso es el torque; la potencia es la velocidad con la que transferíamos nuestra energía para lograr avanzar y llegar primero, si jugábamos “carreritas”.

En la trayectoria directiva, torque lo referimos a la energía, compromiso, capacidad de propuesta y entrega de resultados; mientras que potencia es la velocidad, la audacia y habilidad para rápidamente adecuarse a los cambios del entorno para tomar posiciones de mayor alcance y responsabilidad en la organización. Las preguntas ahora son ¿cómo desarrollamos torque? ¿cómo desarrollamos potencia? Hago aquí algunas propuestas. Si recordamos, en nuestras primeras asignaciones laborales se nos pedía analizar alguna situación en la organización, proponer el diseño de un sistema de trabajo o colaborar en un proyecto; ahí mostramos torque. En cuanto a nuestra capacidad y perseverancia para dar forma a situaciones poco estructuradas, conforme dábamos resultados de manera sobresaliente, ágil, resiliente y teníamos propuestas interesantes, fuera de la lógica convencional, dábamos cuenta de nuestra potencia.

Lector, si estás iniciando tu carrera profesional, muestra torque cumpliendo con los resultados esperados de tu posición y potencia proponiendo iniciativas más allá de tu área de responsabilidad que te den visibilidad positiva ante cuadros directivos superiores.

Para quien ya ha ascendido en una estructura organizacional, el torque se manifiesta por los cuestionamientos que hace a los colaboradores, que los reten a pensar en nuevas oportunidades de negocio o nuevas formas de trabajo para crear valor a los diferentes grupos de interés; y la potencia, se manifiesta por la velocidad con la que el directivo es capaz de mover a los equipos de trabajo para lograr los resultados esperados. Ambos, torque y potencia, son necesarios para iniciar y avanzar en una trayectoria directiva. El torque nos permitirá tener iniciativas relevantes y la potencia, capacidad de ejecución ágil y oportuna.

Desde luego que estos términos nos ayudan a vencer la resistencia, esto es, fuerzas en contra que buscarán disminuir el torque y la potencia. La resistencia puede estar en uno mismo cuando, por diversos motivos -falta de autoconfianza, temor al “qué dirán” o a equivocarse, un carácter introvertido-, nos impide tener capacidad de propuesta, esto es, torque, e incapacidad para rápidamente adecuarse a las condiciones del entorno, lo que aquí llamo potencia.

La resistencia también puede venir de la misma organización. Una organización autoritaria donde no se fomenta el crecimiento de los colaboradores, con mecanismos de control basados en la desconfianza, incentivos que fomentan apegarse a los establecido o líderes que consideran que únicamente ellos tienen la razón y no están dispuestos a escuchar propuestas diferentes a su lógica de pensamiento, desde luego que tenderán a disminuir el torque y la potencia.

El entorno que rodea a la organización puede tener un efecto de resistencia sobre el torque y la potencia. Un entorno muy competido, con clientes que pueden fácilmente cambiar de proveedor, condiciones económicas adversas o inseguridad para la creación y desarrollo empresarial, tendrán un efecto negativo en las variables que hemos venido analizando.

Sin embargo, la energía, o la capacidad para vencer una resistencia, está en nosotros como individuos y se trasmite a la organización. La resistencia la podemos ver como una oportunidad para fortalecer nuestro torque y potencia o como un freno para detener nuestro inicio y avance como personas y como organización.

En síntesis, la proyección profesional inicia en cómo percibimos el entorno y a nosotros mismos. Si el entorno lo percibimos desfavorable será una resistencia, pero también lo podemos ver como una oportunidad para generar valor.

Si lo percibimos como una oportunidad entonces tendremos más capacidad de torque y de potencia para enfrentar las circunstancias que generan resistencia. Vencer esta resistencia, desde luego, requiere mucha energía, tanto como individuos como organizaciones. En cada uno de nosotros está la decisión de cómo lo afrontamos.

El autor es profesor de estrategia y liderazgo en EGADE Business School.

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