La cultura financiera abarca todas las prácticas, comportamientos, actitudes y habilidades que tenemos en cuestión de nuestras finanzas personales. Muchas ocasiones tenemos el conocimiento de lo que es mejor para cuidar nuestro dinero, pero en la realidad, nuestras decisiones se alejan de lo que es recomendable. Por ejemplo, sabemos que debemos tener un fondo de emergencias de entre tres y seis meses para enfrentar imprevistos como un accidente, pero en la práctica vivimos al día y gastamos el dinero conforme lo vamos obteniendo.
¿Por qué es diferente la cultura financiera de la generación Z? Existen muchos factores que nos pueden ayudar a contestar esta pregunta. En el libro The Psychology of Money (La psicología del dinero) de Morgan Housel nos hablan de que la época en la que nacemos y crecemos tiene un gran impacto en las decisiones que tomamos frente al dinero.
En el caso de los jóvenes de la generación Z, la principal característica es que son nativos digitales, lo cual tiene un impacto positivo en sus finanzas personales pues hoy en día los acerca a todas las nuevas oportunidades que proporcionan las FinTech, como la rápida creación de una cuenta bancaria, la obtención de créditos con requisitos mínimos, las oportunidades para ingresar en el mundo de las inversiones desde montos muy pequeños, entre muchas otras.
Otro de los factores es la estabilidad en el sector económico, los jóvenes de la generación Z no han enfrentado, al menos en México, crisis económicas fuertes como las generaciones anteriores con la devaluación de la moneda y épocas de gran inflación. Han crecido en un entorno seguro y confiable en cuanto a las finanzas y eso les ha proporcionado estabilidad.
Finalmente, han aprendido de lo que sucede en este entorno financiero cambiante de sus antepasados, ya no es nuevo para ellos el saber que tienen que ahorrar para el retiro y sobre todo bajo este esquema de ahorro individual; por lo que tienen mayor consciencia sobre lo que deben realizar y se encuentran más proactivos en hacerlo.
Sin embargo, a pesar de todo lo anterior y de que son la generación que se considera que tiene un mayor conocimiento en el tema (CONDUSEF, 2024), la problemática surge cuando nos damos cuenta de que su principal fuente de información son las redes sociales. Contrario a las generaciones previas, obtienen información a través de influencers y las tendencias que surgen en las plataformas; no se cuestionan y no recurren a buscar información en sitios más confiables.
Lo anterior pone en riesgo sus finanzas al seguir tendencias como el cash stuffing o ahorrar a través de los sobres y agendas; cada día es más común el ver videos en los que los jóvenes distribuyen su dinero en categorías como viajes, ropa, entretenimiento y ahorro, sin embargo, lo realizan en efectivo en lugar de cuentas bancarias e instrumentos que les proporcionen mayor seguridad y rendimiento.
Otra de las tendencias es el soft saving o ahorro suave; que los incita a vivir el momento y compartir continuamente en redes sociales sus viajes y una vida cómoda enfocándose en el presente y posponiendo el ahorro, lo que propicia la vulnerabilidad financiera al no tener un ahorro y pensar en el futuro.
Un aspecto característico de esta generación es el priorizar el bienestar en todas sus áreas, se cuestionan lo que otras generaciones daban por hecho; como el crecimiento dentro de una única organización a lo largo de su vida laboral por la seguridad que eso conlleva. Hoy en día van buscando las oportunidades que les brindan espacio para crecer en otras áreas y no está mal el priorizar la estabilidad mental y el bienestar presente como propone esta tendencia, no obstante, se debe realizar cautelosamente.
Para cerrar, te invito a reflexionar sobre tus prácticas financieras, a informarte adecuadamente sobre los instrumentos que utilizas, cómo proteger tu dinero y hacerlo crecer. El hecho de que hasta el momento hayamos crecido en un entorno con inflaciones controladas y estabilidad, no garantiza que el futuro vaya a ser igual. Todo esto se puede lograr analizando las oportunidades que gracias a la tecnología tenemos y sin dejar de lado el bienestar integral.
La autora es Profesora e Investigadora del Departamento de Contabilidad y Finanzas del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. Adscrita al Centro de Investigación FAIR Center for Financial Access, Inclusion and Research del Tecnológico de Monterrey.