Amigas y amigos lectores, estos últimos semestres he participado en diferentes clases o proyectos que involucran a estudiantes que están en la recta final de su carrera y retomamos en la conversación temas sobre la vida adulta y sobre finanzas personales. En todas, el común denominador de lo que dicen es “Profe, esto nos lo deberían enseñar desde la primaria”. Con los resultados obtenidos de la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) que salió hace unas semanas, y que varios colegas ya han analizado en este especio, ¿no será momento de plantear la necesidad de integrar la educación financiera en los planes de estudio desde la educación básica hasta la superior? En un mundo donde la estabilidad económica es fundamental para el bienestar individual y colectivo, la educación financiera no debe ser una opción, sino una prioridad en el sistema educativo. No olvidemos que 3 de los principales retos de las nuevas generaciones son salario digno, vivienda asequible y retiro digo. Estos 3 tienen que ver con temas económico-financieros.
La ENSAFI 2023, realizada por la CONDUSEF y el INEGI, revela datos alarmantes sobre el conocimiento financiero en México. Según la encuesta, el 34.9% de los mexicanos ha experimentado malestar físico debido al estrés financiero, y el 30.7% reporta impactos psicológicos como problemas de sueño o alimentación. Estos números son un claro indicativo de la necesidad urgente de mejorar el bienestar financiero, y la educación financiera es una herramienta para hacerlo.
La educación financiera es esencial para capacitar a los ciudadanos a tomar decisiones informadas sobre el manejo de su dinero, el ahorro, la inversión y la planificación para el futuro. Sin embargo, a pesar de su importancia, este tipo de educación está ausente en la mayoría de los planes de estudio en México. Esto contrasta fuertemente con países como Australia, Japón y Estados Unidos, donde la educación financiera se ha integrado de manera sistemática en los currículos escolares.
En Australia, por ejemplo, la educación financiera se incorpora desde el nivel primario. Los estudiantes aprenden conceptos básicos de finanzas personales, tales como el presupuesto, el ahorro y la toma de decisiones financieras. Esta integración ha resultado en una población joven que está mejor preparada para enfrentar los desafíos financieros del futuro.
Japón, por su parte, implementó un programa nacional de educación financiera en 2007, que incluye materiales educativos adaptados para cada nivel escolar. Este enfoque holístico garantiza que los estudiantes desarrollen habilidades financieras prácticas desde una edad temprana, preparándolos para una vida adulta más estable económicamente.
En Estados Unidos, varios estados han adoptado requisitos de educación financiera en sus escuelas secundarias. Estudios han mostrado que los jóvenes que reciben educación financiera formal tienen más probabilidades de manejar sus finanzas de manera efectiva y evitar problemas como el endeudamiento excesivo.
La implementación de programas educativos que aborden temas como el ahorro, la inversión, la gestión de deudas y la planificación financiera puede tener un impacto profundo en la vida de los ciudadanos y, en última instancia, en la economía del país.
Además, la falta de educación financiera contribuye a la exclusión financiera. Muchas personas no tienen acceso a productos financieros básicos, como cuentas de ahorro o seguros, simplemente porque no comprenden cómo funcionan. La educación financiera puede empoderar a los individuos, dándoles las herramientas necesarias para acceder y utilizar estos productos de manera efectiva.
La inclusión de la educación financiera en los planes de estudio también puede fomentar una cultura de ahorro y planificación a largo plazo. Actualmente, solo el 22.5% de la población de 18 a 70 años lleva un presupuesto o registro de sus ingresos y gastos. Al educar a los jóvenes sobre la importancia de estas prácticas, podemos promover hábitos financieros saludables que perduren toda la vida.
La educación financiera debe ser vista como una inversión en el futuro de México. Integrar esta educación en todos los niveles del sistema educativo no solo mejorará la salud financiera de los individuos, sino que también fortalecerá la economía del país en su conjunto. Es hora de que nuestras políticas públicas reflejen esta prioridad y que trabajemos juntos para construir un México más informado y financieramente estable.
¿Ustedes qué opinan? Los leo.