Monterrey, conocida por su pujante sector industrial y su vibrante economía, está enfrentando los desafíos del cambio climático que afectan directamente el desarrollo urbano y las dinámicas del mercado inmobiliario. Con más de 5 millones de habitantes, la ciudad se encuentra en una encrucijada donde los efectos del clima extremo están remodelando tanto la oferta como la demanda de propiedades.
El cambio climático ha traído consigo una serie de fenómenos que han puesto a prueba la resiliencia de Monterrey. La ciudad ha experimentado sequías prolongadas, lo que ha resultado en cortes de agua que afectan tanto a los residentes como a las industrias locales. La escasez de agua no solo ha impactado el valor de las propiedades en áreas vulnerables, sino que también ha incrementado la presión sobre las infraestructuras existentes.
Además, las altas temperaturas han afectado la productividad en sectores clave como la manufactura, que representa el 60% de la producción económica de la ciudad. Se estima que las pérdidas económicas podrían alcanzar los 2.4 mil millones de dólares para 2050 debido al calor extremo. Esto ha llevado a un aumento en la demanda de soluciones de enfriamiento, incrementando así el consumo energético y las emisiones de carbono.
La percepción del riesgo climático está alterando las preferencias de los compradores. Las zonas propensas a inundaciones o con escasez de recursos están viendo una disminución en el valor de sus propiedades, mientras que las áreas con infraestructuras resilientes y acceso seguro al agua están experimentando un aumento en la demanda.
Este cambio en la dinámica del mercado presenta una oportunidad para los desarrolladores que apuestan por proyectos sostenibles. Las inversiones en infraestructuras verdes, como techos vegetales y sistemas de recolección de agua pluvial, no solo aumentan el atractivo de las propiedades, sino que también contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático.
La respuesta al cambio climático requiere una colaboración concertada entre el sector público y privado. El gobierno de Nuevo León ha implementado un plan maestro de gestión del agua de 1.2 mil millones de dólares, que incluye la construcción del acueducto El Cuchillo II para asegurar el suministro de agua en el futuro.
Además, las soluciones basadas en la naturaleza están ganando tracción como una estrategia efectiva para aumentar la resiliencia de la ciudad. Iniciativas como el Fondo de Agua de Monterrey están promoviendo la reforestación y la gestión sostenible de áreas naturales para proteger los recursos hídricos y reducir el riesgo de inundaciones.
El impacto del cambio climático en Monterrey presenta desafíos significativos para el mercado inmobiliario, pero también ofrece oportunidades únicas para innovar y liderar en sostenibilidad. La adopción de prácticas resilientes no solo es esencial para mitigar los efectos del cambio climático, sino que también puede posicionar a Monterrey como un referente en el desarrollo urbano sostenible.
En conclusión, el futuro del mercado inmobiliario en Monterrey dependerá de nuestra capacidad para adaptarnos y responder proactivamente a los desafíos climáticos. La inversión en infraestructuras sostenibles y la colaboración entre todos los actores del sector serán clave para asegurar un futuro resiliente y próspero para la ciudad.
El autor es analista de Customer Success de Doorvel.
Contacto: www.doorvel.com