Monterrey

Eduardo Enrique Aguilar: Falsas soluciones

La economía circular.

La gran pregunta es: ¿por qué después de alrededor de cuarenta años de trabajo en reuniones internacionales de alto nivel y de firmas de acuerdos globales no solo no se ha avanzado en la mejora del entorno natural, sino que cada año el ecosistema está más degradado? La respuesta tiene que ser revisada a la luz de la economía política internacional.

Es decir, no solo por los gobiernos de países, sino también, de los grandes conglomerados industriales y de organizaciones internacionales que están invirtiendo millones de dólares para hacer que sus intereses se mantengan dentro de la gobernanza ambiental global.

En efecto, las grandes petroleras del mundo como British Petroleum (BP) o Shell tienen todo un equipo que hace labor de convencimiento a los delegados para poder votar propuestas que no afecten el hacer de estos grandes contaminantes, por ejemplo, las representaciones de las grandes empresas petroleras dentro de las cumbres climáticas son incluso mayores que las delegaciones de varios países.

La estrategia ha sido sumamente efectiva dado que, en términos reales, encontramos un retroceso: mientras que en el Protocolo de Kioto de 1991 veíamos un acuerdo vinculante, es decir, obligatorio para quien lo firme, en el Acuerdo de París de 2015 dejó de ser vinculante y terminó siendo más laxo para que los países decidan cuántas emisiones de gases de efecto invernadero deben de reducir.

El panorama no es halagüeño, dado que el camino alterno para transformar la realidad -la organización social a nivel local y regional- se ha visto allanado por una lluvia de falsas soluciones.

Organismos con agendas dudosas, como la Ellen McArthur Foundation, se han dedicado a promover recetas frente al gran problema ambiental, como la Economía Circular (EC). Esta ha sido -misteriosamente- aceptada inmediatamente y sin ningún tipo de objeciones por organismos internacionales como las Naciones Unidas, gobiernos centrales, federales, subnacionales, locales e, incluso, universidades.

La premisa que sostienen es señalar que la economía convencional es lineal y, por tanto, es descartable. En ese sentido, señalan como necesario cambiar la lógica económica hacia una que sea capaz de mantener la circularidad de los recursos dentro de los límites del planeta y que, con eso, se regenere la naturaleza. Efectivamente, ahora un ejército de “expertos” ya implementa las recetas que mandata la EC para poder lograr transformaciones. Sin embargo, lo que la EC oculta para vender su receta lo convierten en una falsa solución. De hecho, nunca se dedica a ir a la raíz de los problemas, los cuales son fundamentales para poder construir una agenda de sustentabilidad fuerte o profunda.

Aquí expongo cuatro razones -aunque no son los únicas- para señalar que la Economía Circular es una solución falsa:

1.- La economía es parte de un entramado social y no se reduce -como lo hacen ver- solamente a un proceso productivo. Entonces, las relaciones económicas son sumamente complejas, con racionalidades distintas y ancladas a geografías y culturas sumamente diversas, donde las lógicas de consumo o de circulación dialogan, de forma interdependiente, con la producción. En realidad, la Economía Circular nunca habla de economía como un todo, sino que reduce y simplifica su noción solamente a la esfera de la producción.

2.- La EC propone mantener el crecimiento económico, esto es totalmente insostenible porque dicho crecimiento lo propone como infinito, sin embargo, nos encontramos en un planeta que es finito. Nunca incorpora la necesidad de poner límites a la producción, de pararla por completo o de hablar del decrecimiento de la misma.

3.- No debemos dejar de lado el hecho de que vivimos en un sistema biofísico, por tanto, nos sujetamos a leyes muy específicas como la Ley de la Entropía. En economía, esta señala que siempre, dentro del proceso económico, habrá materia y energía irrecuperable, por ejemplo, un litro de gasolina utilizado nunca podrá ser vuelto a ser el mismo litro. Es un proceso irreversible. Con ello, no existe reutilización infinita de recursos. La circularidad que proponen es totalmente falsa.

4.- Finalmente, la economía -como relación social- nunca ha sido lineal. En realidad, esa ficción oculta un sector de la economía altamente precarizado como los pepenadores o la famosa camioneta que recoge los fierros viejos, entre muchos otros sectores precarizados. Quien sostiene que la economía es lineal es porque: a) no sabe nada sobre economía o, b) no quiere hablar sobre la violación cotidiana de derechos humanos.

El autor es profesor del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de Monterrey e investigador nacional (SNII Nivel 1).

COLUMNAS ANTERIORES

Manifiestan más empresas extrajeras interés en NL
Acumula incertidumbre a negocios e inversiones la reforma judicial

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.