Durante el Foro Empresarial Monterrey: Resiliencia ante el Cambio Climático, celebrado el pasado 26 de septiembre en el auditorio de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey, gracias al liderazgo y colaboración entre el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Komunika Latam, el ex Procurador Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Guillermo Haro, pronunció una frase que sintetiza el deber ser de cualquier emprendimiento humano: “Si no es sostenible, no es desarrollo”.
Puede parecer lapidario y excluyente, pero en el fondo, hace mucho sentido.
No se le puede llamar desarrollo a cualquier negocio, estrategia, emprendimiento o proyecto humano, del tamaño que sea, que no considere su impacto en el medio ambiente, en la sociedad y las formas para asegurar su resiliencia en un entorno cada vez más dinámico y desafiante.
Primero porque debemos considerar el impacto de las externalidades -como el cambio climático y sus consecuencias, el entorno regulatorio y el factor reputacional- en el éxito o fracaso de nuestros planes, y segundo, porque si las consecuencias positivas de nuestra operación, como el producto mismo, la generación de empleos y el crecimiento económico no compensan los impactos negativos a la naturaleza o fomenta una mayor inequidad, discriminación o riesgo a los derechos humanos, no se le puede considerar desarrollo.
En ese mismo sentido se pronunciaron empresas como Cemex y Arca Continental al exponer buenas prácticas corporativas para generar resiliencia, contribuyendo a una prosperidad compartida y a la mitigación del impacto del cambio climático con estrategias de negocio.
Para los panelistas, Ana Lilia Cortés, de Cemex-Regenera, David Moreno, Gerente de Sostenibilidad de Arca Continental, no hay tal cosa como una estrategia de sostenibilidad, sino estrategias de negocio sostenibles, que alinean el legítimo objetivo de generar valor económico para los accionistas y demás grupos de interés, con el de generar valor ambiental y social a lo largo de la cadena de valor, y en favor del bienestar integral de la comunidad.
Moreno destacó el caso de PetStar, la planta de reciclado de PET grado alimenticio más grande del mundo, liderada por la embotelladora regiomontana y otras empresas del Sistema Coca-Cola de México, y que se ha convertido en un referente global de economía circular y sostenibilidad empresarial.
Cortés ilustró cómo una iniciativa de sostenibilidad puede tener a la vez un impacto económico positivo para la empresa y su cadena de valor, contribuir a la protección del medio ambiente y generar un beneficio social para la comunidad.
En otro panel, líderes en la gestión de riesgos discutieron cómo las empresas pueden transformar sus estrategias mediante la colaboración.
Guillermo Haro Bélchez, Exprocurador Federal de Protección al Medio Ambiente, y Adrián Castillo, Presidente de RIMS capítulo México, presentaron un panorama detallado de los riesgos climáticos, y subrayaron la importancia de realizar diagnósticos de riesgo tempranos y preparar planes de contingencia robustos para enfrentar fenómenos naturales extremos.
De igual forma se destacó la relevancia de contar con alianzas estratégicas, como las ofrecidas por organizaciones internacionales y académicas, para mejorar la capacidad de respuesta de las empresas.
Durante la inauguración del evento, Martha Herrera González, Secretaria de Igualdad e Inclusión del Gobierno del Estado de Nuevo León, reflexionó sobre la importancia de que las empresas adopten estrategias ambientales, sociales y de gobernanza para lograr un crecimiento rentable y sostenible, así como lo esencial que resulta poner a las personas y a las comunidades en el centro, asegurando que desarrollen la resiliencia necesaria para enfrentar las nuevas realidades climáticas.
El evento contó también con la participación del Representante Residente del PNUD, Lorenzo Jiménez de Luis.