El comercio bilateral entre México y Estados Unidos sigue marcando máximos históricos. De acuerdo con el análisis de Jassiel Valdelamar en este medio, el comercio entre ambas naciones consolidó un importante crecimiento en agosto de 2024, alcanzando los 43.7 mil millones de dólares en exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos. Esto representa un incremento del 4.8 por ciento en comparación con el mismo mes de 2023, y un aumento mensual del 4.4 por ciento, consolidando su mayor nivel en lo que va del año.
Según Daniel Covarrubias, director del Texas Center for Border Economic and Enterprise Development en la Texas A&M International University, estas cifras reflejan la consolidación de un bloque económico en América del Norte, impulsado por la integración cada vez más fuerte de las cadenas de suministro transfronterizas. Estados como Texas, California y Michigan han desempeñado un papel crucial en este crecimiento.
Sin embargo, a pesar de los avances en el comercio, México debe enfrentar retos importantes para maximizar su participación en esta relación comercial. Uno de los desafíos es agregar mayor valor a sus exportaciones. Actualmente, por ejemplo, gran parte de los productos agrícolas se exportan a granel, sin procesos de transformación que aumenten su valor. México tiene la oportunidad de procesar estos productos y preparar listo para consumo, y con ello, mejorar su competitividad y posicionamiento en el mercado estadounidense.
La necesidad de modernizar la infraestructura
Por otro lado, la infraestructura sigue siendo una pieza clave para mantener y aumentar el comercio con Estados Unidos. La región de Laredo, conocida como Port-Laredo, es el puerto comercial más importante de la Unión Americana, gestionando un promedio de 15 mil contenedores diariamente. Las autoridades estadounidenses han anunciado una inversión de 300 millones de dólares en fondos federales para modernizar el puente principal de la región y construir un nuevo puente comercial, el quinto en esta zona, que fortalecerá la capacidad logística del puerto y apoyará la iniciativa de Cadena Segura de Proveeduría.
Estas inversiones no solo buscan aumentar la capacidad operativa de Port-Laredo, sino también modernizar infraestructura carretera para que México se mantenga como un socio comercial confiable.
EL DESAFÍO TECNOLÓGICO E INVERSIÓN EXTRANJERA
México ha demostrado el poder atraer inversiones extranjeras en sectores estratégicos. Recientemente, se anunció la instalación de una planta de ensamblaje en Nuevo León y la construcción de una planta de producción de semiconductores en Guadalajara, que será una de las más grandes del mundo. “No es conocido el monto de inversión, pero la nueva planta de Foxconn la instalarán en Guadalajara y será la más grande instalación de producción de servidores Blackwell GB200 en el planeta, de acuerdo con sus promotores, y atenderá los requerimientos de Nvidia”; señala Jonathan Torres en su columna.
No obstante, el camino para consolidar estas inversiones no está exento de obstáculos. La incertidumbre en torno a las políticas estadounidenses hacia los vehículos eléctricos ensamblados en México —especialmente ante la postura del expresidente Trump de limitar la importación de vehículos con componentes chinos— ha puesto en pausa algunas inversiones, como la de Tesla en Nuevo León.
Es posible que hoy la presidenta Sheinbaum haya puesto clavos al ataúd, si el nuevo vehículo eléctrico anunciado llega a fabricarse, adiós Tesla, si no se producen 100% como señaló, se sembrará una gran desconfianza en el modelo del gobierno que apenas inicia.
Un socio estratégico, pero con áreas de mejora
México, como principal socio comercial de Estados Unidos desde hace tres años, tiene una posición privilegiada. Sin embargo, para consolidar su liderazgo y aprovechar al máximo su proximidad geográfica, debe apostar por la innovación tecnológica, desarrollar programas de apoyo a exportadores y adherirse a iniciativas como la Cadena Segura de Proveeduría anunciada por Port-Laredo
La parte más difícil, sin embargo, radica en garantizar la seguridad a los exportadores y al esquema de transporte de mercancías. Cualquier falta de seguridad no solo afecta a los exportadores, sino que daña la confiabilidad de toda la cadena comercial. México necesita mejorar la seguridad en sus carreteras y reducir la incidencia de robos de mercancías para consolidarse como un socio comercial verdaderamente confiable y competitivo.
En conclusión, el comercio entre México y Estados Unidos sigue fortaleciéndose, pero es crucial que México no solo dependa de su posición geográfica y sus recursos naturales. Debe enfocarse en agregar valor a sus exportaciones, modernizar su infraestructura y garantizar la seguridad para asegurar su lugar como un socio estratégico en el mercado norteamericano.