Monterrey

Marcela Chavarría: Vivir sin violencia, un derecho y una responsabilidad compartida

Año tras año resuenan con fuerza las consignas: “ni una menos”, “juntas, libres y seguras”, “alza la voz por las que ya no están”, “basta de violencia”. Sin embargo, seguimos enfrentando las mismas preguntas, el mismo dolor y una realidad que no cesa. No queremos escuchar más: “ni una más, ni una menos. Pero la violencia persiste, lo que nos lleva a una reflexión incómoda: ¿qué estamos haciendo mal?, ¿qué nos falta por hacer?

Desde las instituciones de educación superior, hemos trabajado con dedicación y compromiso para crear conciencia, formar ciudadanos sensibles y responsables, y construir espacios seguros para todas y todos. Sin embargo, el final del camino parece distante; cada día surge un nuevo caso, una nueva víctima.

Esta reflexión debe incluir también a los hombres: ¿los estamos escuchando?, ¿estamos abriendo un diálogo constructivo? La igualdad y la erradicación de la violencia no son metas que las mujeres podamos alcanzar solas; necesitamos construir un camino conjunto, sin concesiones ni excusas. Detener la violencia exige que todos nos veamos como parte de la solución, que asumamos nuestra responsabilidad y cuestionemos profundamente qué papel estamos dispuestos a cumplir.

Vivir sin violencia no es un privilegio; es un derecho humano inalienable. Que cada persona pueda desarrollarse libremente, sin temor, es algo que nos corresponde a todas y todos. Entonces, ¿por qué las cifras siguen en aumento?, ¿por qué la violencia sigue escalando en todas sus formas? Si bien es un problema complejo y multifactorial, debemos cuestionarnos y replantear nuestras estrategias.

Las instituciones educativas hemos trabajamos en la sensibilización, en la creación de espacios de reflexión y en la construcción de redes de apoyo. La sociedad civil ha asumido un rol crucial al empoderar a las víctimas y señalar las omisiones de las autoridades. Las empresas también han dado pasos en su afán de legitimidad. Pero al final del día, ¿es suficiente?, ¿será que bastará el camino apunta a endurecer las leyes, sancionar con mayor severidad o encarcelar a los agresores?, ¿estamos realmente abordando el problema en su origen para lograr una vida libre de violencia?

Quizás es momento de unir esfuerzos de manera integral, de promover un cambio de mentalidad profundo, de dejar de normalizar conductas violentas y de transformar las mentalidades que por años han sostenido las estructuras patriarcales. Es momento de retomar el rumbo, de centrarnos en respetar la dignidad humana y no retroceder en la lucha por una vida libre de violencia, en

donde el acceso a oportunidades y derechos sea la base de nuestras interacciones.

Nos toca comprometernos genuinamente a construir una sociedad en la que podamos vivir sin miedo. Es momento de repensar nuestro rol, de no conformarnos, de exigirnos más y de tomar acciones que generen un impacto real en nuestra convivencia. La paz no debe ser un objetivo lejano, sino una realidad cotidiana a la que tenemos derecho.

Este año, desde el Centro de Equidad de Género e Inclusión de la UDEM hemos organizado por cuarta vez consecutiva la Semana Morada*, en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Nuestro objetivo es crear espacios de diálogo, colaboración y acción entre los diferentes sectores de la sociedad: instituciones educativas, sociedad civil, gobierno e iniciativa privada, para abordar de manera integral y corresponsable la problemática de la violencia de género en Nuevo León.

Una muestra de este compromiso es la convocatoria conjunta entre la UDEM, el TEC, la UANL y la U-ERRE, para firmar un convenio interinstitucional que consolide nuestros esfuerzos en la prevención y erradicación de la violencia, así como en la promoción de la igualdad sustantiva. Como instituciones formadoras y generadoras de quienes participan activamente en la sociedad, aspiramos a fomentar liderazgos conscientes, inclusivos, respetuosos de los derechos humanos y comprometidos con la creación de espacios seguros.

Te invitamos a ser parte de estos espacios de reflexión y acción. Que nuestro compromiso colectivo sea el pilar de un mundo donde todas las personas vivamos en paz y libertad. Solo unidas y unidos podemos construir este cambio, porque el derecho a una vida sin violencia NO ES NEGOCIABLE.

¿Y tú, qué estás haciendo para ser parte del cambio?

*Programa completo Semana Morada UDEM 2024: https://www.udem.edu.mx/es/SemanaMorada

La autora es egresada de la Licenciatura en Derecho de la Universidad de Monterrey, cuenta con un Doctorado en Derecho por la Universidad Carlos III de Madrid. Actualmente, se desempeña como directora del Centro de Equidad de Género e Inclusión de la UDEM y profesora de Derechos Humanos en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la misma institución.

COLUMNAS ANTERIORES

Laura De Rosa: ¿'October Surprise’ para Trump?
Norma Canales: Impacto de las elecciones de Estados Unidos en México

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.