Las elecciones presidenciales en Estados Unidos, a realizarse en la próxima semana, reavivan el debate sobre el proteccionismo económico y su impacto en México.
Históricamente, el libre comercio ha sido el eje de la política económica entre ambos países, pero el discurso proteccionista resurgió con fuerza durante la administración de Donald Trump.
La teoría del libre comercio se basa en el concepto de ventaja comparativa de David Ricardo, quien propone que los consumidores de las naciones se benefician al especializarse en bienes en los que son más eficientes y comerciar para obtener lo que necesitan.
Esta especialización promueve la eficiencia y el crecimiento económico. Paul Krugman, quien amplió esta teoría en su “nueva teoría del comercio”, explicó que el comercio permite que las empresas aumenten su escala de producción, generando mayor bienestar social. Aunque Krugman reconoce desafíos en el libre comercio, sostiene que, en general, aporta beneficios netos a las economías.
Aunque Estados Unidos ha sido históricamente el mayor promotor del libre comercio, la administración de Donald Trump marcó un punto de inflexión con políticas de corte proteccionista bajo el lema “America First” y el “armamentismo” de tarifas. Su administración fue el final de la relación comercial estrecha con China, y buscó proteger la producción nacional. La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) reflejó este giro, con nuevas disposiciones que protegen a la industria automotriz y establecen reglas laborales más estrictas. Si bien la administración de Biden redujo considerablemente algunas de las tensiones de la administración anterior, el giro proteccionista en Estados Unidos sigue siendo considerable.
En medio de este giro en Estados Unidos, el nearshoring ha representado una oportunidad para México, especialmente para Nuevo León, gracias a su ubicación y su experiencia industrial. Las empresas estadounidenses, al reducir su dependencia en China, han comenzado a considerar a México como un sitio estratégico para relocalizar operaciones. Este fenómeno ha generado empleos y atraída inversión, y también posiciona a México como un socio clave para EE. UU. en la optimización de su cadena de suministro.
La economía Mexicana y en particular la de Nuevo León, con importantes vínculos comerciales con Estados Unidos, alberga sectores que podrían verse afectados por un proteccionismo renovado. Entre ellos están:
- Sector Automotriz: Nuevo León es clave en la producción de autopartes para el mercado estadounidense, y aranceles o restricciones en este sector afectarían la economía del estado.
- Electrodomésticos y Manufactura de Alta Tecnología: La región produce electrodomésticos y productos de alta tecnología que abastecen a EE. UU., industrias que pueden ver costos incrementados y demoras si el proteccionismo se intensifica.
Implicaciones y Estrategias para México
Si Donald Trump gana la Presidencia este 5 de noviembre, ya ha hecho saber que pretende volver a usar las tarifas como un medio para negociar condiciones proteccionistas con países como México. El T-MEC ofrece cierta estabilidad en la relación comercial México-Estados Unidos, estableciendo reglas para aranceles y acceso a mercados. Sin embargo, el T-MEC permite que los países protejan industrias estratégicas en circunstancias específicas. Además, se espera en 2025 se empiecen las renegociaciones del TMEC y no es imposible su cancelación (aunque si es improbable). México y sus exsocios entonces pasarían a seguir las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en materia de comercio y tarifas.
Idealmente, la mejor protección es considerar estrategias para reducir la dependencia del comercio con Estados Unidos. Algunas de ellas incluyen:
- Diversificación de mercados: Fortalecer relaciones comerciales con países de Europa, Asia y América Latina para reducir la vulnerabilidad a las políticas estadounidenses.
- Impulso a la innovación: Fomentar sectores de alto valor agregado que sean atractivos para mercados globales.
- Optimización de la cadena de valor regional: Trabajar con EE. UU. y Canadá para fortalecer cadenas de suministro compartidas y aprovechar el nearshoring.
- Atracción de capital extranjero: Incentivar la inversión en sectores estratégicos con políticas fiscales que ofrezcan estabilidad a las empresas extranjeras.
Las políticas proteccionistas en Estados Unidos representan un desafío para México, especialmente para sectores integrados en la economía estadounidense, como los de Nuevo León. Aunque el T-MEC ofrece ciertas protecciones, México debe adaptarse a esta realidad política y económica mediante la diversificación de su comercio y el fortalecimiento de su competitividad.
Las elecciones de la próxima semana serán decisivas para la relación comercial, y México deberá estar preparado para aprovechar el nearshoring y expandir su presencia en otros mercados globales.
El autor es economista y Director de Programa para la Licenciatura en Finanzas de la Escuela de Negocios del ITESM Campus Monterrey. Se agradecen comentarios a: rfenton@tec.mx