El Programa IMMEX (Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación) ha sido fundamental desde su creación para impulsar la inversión extranjera en el país, pues permite a las empresas manufactureras y maquiladoras, importar temporalmente mercancías sin el pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA), siempre que se cuente con una certificación otorgada por el SAT, y que los productos que elaboren se exporten.
La certificación o “CIVA” es crucial en la operación de las empresas IMMEX, ya que, sin ella, deben pagar el IVA generado en sus importaciones temporales, lo que impacta significativamente su flujo de efectivo.
Según datos del SAT, al 1 de octubre de 2024, existen 3,312 empresas que cuentan con una CIVA en sus diferentes rubros (A, AA y AAA).
Para mantener esta certificación, las empresas están sujetas al cumplimiento de diversas obligaciones, cuya revisión y vigilancia por parte del SAT han incrementado en los últimos dos años, tendencia que se vislumbra continuará.
En algunos casos, estas revisiones han derivado en la cancelación de la CIVA, lo que ha acarreado efectos adversos para las empresas IMMEX, como el pago de IVA en importaciones temporales, la necesidad de realizar trámites adicionales para continuar con su esquema de operación (por ejemplo, la ampliación del Programa IMMEX para importar bienes sensibles) y, por otro lado, para el gobierno mexicano han generado un incremento en la recaudación por concepto de IVA.
En relación con las obligaciones a las que están sujetas las empresas IMMEX que tienen una CIVA, el 14 de octubre de 2024, se publicó una reforma a las Reglas Generales de Comercio Exterior (RGCE), estableciendo que, a más tardar el 15 de noviembre, estas deben proporcionar por escrito un usuario y una contraseña para que la autoridad aduanera pueda acceder en línea a su sistema de control de inventarios, el cual deberá estar vinculado con su sistema corporativo (ERP).
Esta nueva obligación implica una carga administrativa significativa para las empresas con CIVA, pues deben implementar desarrollos tecnológicos para cumplirla, además de que a partir del 16 de noviembre de 2024, la autoridad aduanera podrá revisar en cualquier momento y sin necesidad de que emita algún requerimiento, el cumplimiento de las obligaciones inherentes al retorno de mercancías importadas temporalmente, y tendrá un control constante sobre las mercancías pendientes de retorno registradas en esos sistemas; esto implica que las empresas deberán tener una gestión de inventarios impecable.
Ahora bien, el corto plazo otorgado para cumplir con esta obligación (el cual se anticipa no será prorrogado) y la constante revisión del cumplimiento de las obligaciones de la CIVA reflejan una postura poco amigable del SAT hacia las empresas manufactureras y maquiladoras con CIVA, pues su incumplimiento podría resultar en la suspensión y eventual cancelación de la misma, lo que las obligaría a pagar el IVA por importaciones temporales de mercancías que eventualmente se retornarán al extranjero.
Este panorama puede resultar desalentador para las empresas interesadas en invertir en México a través de un Programa IMMEX, las que comúnmente buscan obtener una CIVA para evitar el pago del IVA, pues deben estar dispuestas a que la autoridad aduanera tenga acceso a su control de inventarios y, sin requerimiento alguno, revisen el cumplimiento de sus obligaciones aduaneras.
En concreto, este tipo de medidas puede disuadir a posibles inversionistas debido a la falta de certeza sobre la invariabilidad de las reglas a las que se sujetarán las empresas maquiladoras en materia aduanera y los alcances correspondientes de las facultades de las autoridades aduaneras.
Ante lo anterior, y estando inmersos en la renegociación del mayor tratado comercial del país (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá o T-MEC), cuyos términos aún son inciertos, es necesario brindar certeza a la industria manufacturera y maquiladora, que es el principal motor del comercio exterior mexicano, para que continúen invirtiendo en el país y, con ello, favorecer el desarrollo económico.
En conclusión, aunque el Programa IMMEX y la CIVA son fundamentales para el desarrollo de las empresas maquiladoras y manufactureras, las recientes reformas a las RGCE y su implementación podrían tener efectos adversos en el ánimo inversionista y en el crecimiento económico.
Es vital que estas medidas reconozcan la importancia de la industria maquiladora y manufacturera en el país y se garantice un futuro competitivo para esta.