El Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI) ha sido una pieza fundamental en la modernización del sistema tributario mexicano, permitiendo una mayor fiscalización y control de las transacciones económicas.
El actual CFDI 4.0, implementado en 2022 y obligatorio desde 2023, ha introducido una serie de modificaciones cuyo objetivo es aumentar la precisión en la facturación electrónica, combatir la evasión fiscal y garantizar un cumplimiento estricto de las obligaciones fiscales.
Sin embargo, estas medidas han generado inquietud en algunos sectores de la sociedad y entre contribuyentes, quienes perciben el control que ejerce el Servicio de Administración Tributaria (SAT) como una presión fiscal considerable.
El CFDI 4.0 se distingue por la inclusión de mayores controles y validaciones entre los que estacan los siguientes:
1. La Validación estricta de los datos del receptor: El CFDI requiere que los datos del receptor, (Nombre, Registro Federal de Contribuyentes (RFC) y el código postal), coincidan exactamente con los registros del SAT, para evitar errores que puedan llevar a la deducción de gastos no válidos o incluso a operaciones simuladas.
2. El Uso del régimen fiscal del receptor. Es obligatorio incluirlo en el CFDI. Esto permite al SAT identificar con mayor claridad a los contribuyentes y sus actividades económicas, reduciendo así las posibilidades de evasión fiscal.
3. Nuevos catálogos y especificidad en la facturación: El SAT ha introducido nuevas claves y catálogos de productos y servicios, exigiendo una mayor especificidad al momento de emitir facturas, quepermite un control más riguroso de las actividades comerciales y facilita la verificación de que las transacciones se encuentren dentro del marco legal correspondiente.
4. Mayor control sobre las cancelaciones de facturas. Se permite la cancelación del CFDI solo bajo ciertas condiciones y dentro de plazos específicos, evitando el abuso en la cancelación de facturas para evadir impuestos.
El CFDI 4.0 ha generado una serie de consecuencias fiscales que afectan a los contribuyentes. Entre las que destacan:
1. Riesgo de sanciones por errores mínimos, lo que implica que el contribuyente no podrá deducir gastos o acreditar impuestos por la operación, o pago de multas que van desde $17,020 hasta $97,330 MXN, entre otras sanciones.
2. Mayor carga administrativa. El cumplimiento de los requisitos del CFDI ha aumentado la carga administrativa para los contribuyentes, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) quienes han tenido que invertir en sistemas de facturación electrónica más avanzados, contratar personal capacitado y dedicar más tiempo a la emisión de facturas.
3. Control en tiempo real por parte del SAT. Con el CFDI 4.0, el SAT tiene acceso casi inmediato a la información de las transacciones de los contribuyentes, facilitando la realización de auditorías electrónicas y la detección de irregularidades. Esto puede ser visto como un avance en la lucha contra la evasión fiscal, pero para muchos contribuyentes representa una forma de vigilancia constante, que genera un clima de incertidumbre y precaución ante la posibilidad de cometer errores y enfrentarse a sanciones fiscales.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) ha sido una de las organizaciones que ha manifestado su preocupación por el enfoque fiscal y la carga administrativa que implica el cumplimiento de la normativa del CFDI 4.0, señalando que el SAT ha implementado un esquema de fiscalización exhaustiva que genera preocupación entre los contribuyentes.
Es importante señalar que, desde la perspectiva de las autoridades fiscales, el CFDI 4.0 es una herramienta necesaria para combatir la evasión fiscal, mejorar la transparencia y aumentar la recaudación de impuestos. El SAT ha defendido su postura argumentando que los cambios al CFDI no tienen como finalidad intimidar a los contribuyentes, sino garantizar que todos cumplan con sus obligaciones fiscales de manera equitativa y justa.
En 2025, el CFDI 4.0 seguirá siendo un pilar del sistema fiscal mexicano. Las implicaciones fiscales son evidentes: los contribuyentes que no se adapten a la nueva normativa enfrentarán sanciones y riesgos significativos. También seráun año en el que los contribuyentes y el SAT deben buscar un equilibrio. Las MiPyMEs y otros sectores han expresado la necesidad de contar con mayor flexibilidad en la interpretación y aplicación de las sanciones, para evitar que el sistema fiscal sea visto como excesivamente punitivo.
El reto para las autoridades en 2025 será encontrar un equilibrio entre el control fiscal y el apoyo a los contribuyentes. Es fundamental que todos los contribuyentes cumplan con sus obligaciones fiscales, y también es necesario que el SAT garantice que las sanciones sean proporcionales y que exista un margen de flexibilidad para errores involuntarios. Solo así podrá reducirse la percepción de un sistema fiscal que, en lugar de facilitar el cumplimiento, resulta una carga excesiva para quienes intentan cumplir con sus obligaciones.
El autor es Asociado del ICPNL.
Contacto: alejandro.villalobos@decoae.com.mx