Que el Consejo de Familia “no esté tan activo como antes” puede ser, para un consultor inexperto, ¡una catástrofe! Tanto así que algunos, en medio de este proceso de ansiedad, piensan que el Consejo “ya no sirve” y sugieren suspenderlo. Grave equivocación.
Las relaciones familiares son siempre un desafío, especialmente cuando hablamos de familias empresarias multi-generacionales. Los que tenemos experiencia en este rubro, sabemos que aunque el Consejo de Familia trabaja en la formación e integración de la familia y en la resolución de los conflictos familiares-empresariales que aparecen sobre la marcha, este órgano de gobierno familiar tiene ciclos.
Conocer e identificar las fases por las que transita el Consejo de Familia en su desarrollo es crucial para entender su evolución, pero sobre todo, para no forzar su operación ni afectar, directa o indirectamente, las relaciones familiares.
Etapa 1. Génesis: La Creación del Consejo de Familia.
Esta etapa es fundamental porque las personas que elijamos serán las encargadas de defender los derechos de tod@s los miembros de la familia, trabajen o no en la empresa. Y, aunque existen varios métodos de representación (por rama familiar, por generación), lo cierto es que antes de proponer a los candidat@s hay que tener claras sus responsabilidades y cualidades esenciales. Desarrollar un perfil del consejero familiar es un “must”.
Etapa 2. Puesta en Marcha: La Intensidad.
Poner en marcha el Consejo de Familia es todo un reto. No sólo debemos involucrar a la familia, sino hacer que el órgano de gobierno familiar tenga objetivos claros (el qué) y pueda llevarlos a cabo (el cómo). En esta etapa la labor es legitimarlo, otorgarle poder y ofrecerle los medios para operar eficientemente. ¿Cómo hacerlo? Realizar un reglamento donde se establezca su filosofía, misión, objetivos, procesos y estructura es el primer paso. Esta etapa es un proceso complejo y dinámico marcado por la intensidad—de trabajo, comunicación, compromiso y negociación.
Etapa 3. Proceso de Ajuste: Los Retos.
En esta fase el Consejo de Familia debe cumplir sus responsabilidades y evitar caer en trampas, como por ejemplo:
Cruces indebidos: El Consejo de Familia no es el representante de los dueños; es el representante de la familia empresaria como grupo social. En breve: El Consejo de Familia no “manda” al Consejo de Administración, ni evalúa a los miembros de la familia trabajando en la empresa (gerentes, directivos, consejeros).
- No escuchar ni informar a la familia: El Consejo de Familia debe escuchar las inquietudes de la familia y tratar de resolverlas—no ignorarlas. Para ello, puede organizar juntas de información (petit comité), sesiones de formación (grupos), Asambleas Familiares (convivir todos), entre otras.
- Convertirse en juez: El Consejo de Familia no decide quién está bien o mal en una disputa familiar. Su tarea es poner los medios para catalizar conversaciones profundas y soluciones, no implementar justicia.
Etapa 4. Desarrollo: La Normalidad.
En esta etapa, el Consejo de Familia sigue haciendo las labores “repetitivas” normales —Asamblea Familiar, Formación de Miembros de la Familia, Filantropía, Viajes Familiares, Actualización del Protocolo Familiar, Reuniones de Integración y Promoción de Valores. La labor es consolidar el órgano de gobierno e involucrar a la familia. Es importante hacer saber a la familia qué se está haciendo e invitarlos a participar. Y es que, las cosas buenas que construyamos para la familia empresaria, terminan construyéndonos como familia empresaria.
Etapa 5. Madurez: La Operación Mínima.
Así como un nadador requiere sacar la cabeza del agua para “respirar”, así también la familia empresaria y el Consejo de Familia necesitan tener momentos de paz. Demasiada cohesión puede ser agobiante… Todos tenemos diferentes necesidades, así que hay que darle a cada individuo y rama familiar su espacio; eso hará que el tiempo que pasemos juntos sea disfrutable. En esta fase el Consejo de Familia se mantiene operando “a mínimos” con su misma estructura. Es un error suspenderlo; se necesitará de nuevo.
Etapa 6. Nuevo Ciclo: La Revitalización.
Cuando los Miembros de Siguiente Generación toman el relevo del Consejo de Familia, cuando se presenta un conflicto, cuando la familia crece, cuando el Protocolo Familiar se actualiza, cuando existe un cambio en la estructura de liderazgo o de gobierno (i.e. Director General o Consejeros de Administración) o cuando la configuración patrimonial se modifica—por donación, herencia, desarrollo de fideicomisos—el Consejo de Familia vuelve, naturalmente, a resurgir. Y es que, en esos momentos, la familia empresaria requiere mediar, acordar, convenir, informar y formar. He aquí cuando el ciclo vuelve a comenzar—los perfiles de los Consejeros Familiares se actualizan, el Reglamento del Consejo de Familia se revisa y los Objetivos como Familia Empresaria se RENUEVAN.
Conclusión: El Consejo de Familia está inmerso en un proceso de evolución continuo. Hay que conocer y reconocer sus etapas (ciclos). Que el Consejo de Familia trabaje sin cesar no es saludable. A veces, too much togetherness más que beneficiar, perjudica. ¿Así o más claro?
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