El liderazgo ha sido uno de los temas más analizados en el mundo de los negocios. En esta ocasión, quiero compartir reflexiones sobre cómo ha evolucionado el liderazgo y, a partir de ello, invitarte a decidir conscientemente el tipo de líder que deseas ser.
Desde siempre, me ha intrigado por qué algunos líderes son más efectivos que otros y por qué algunos jefes no efectivos se mantenían en sus posiciones a pesar de que maltrataban – ya fuera leve o grave - a su gente generando un ambiente laboral tóxico. Al día de hoy se sigue tolerando este comportamiento.
En el pasado, era suficiente con que los jefes “dieran el número”, es decir, que alcanzaran los objetivos financieros de su área de negocio, para ser considerados exitosos. Esto ocurría independientemente de la satisfacción del cliente final o del ambiente laboral generado. Lo más preocupante era que estos jefes no solo se mantenían en sus puestos, sino que frecuentemente eran promovidos, haciendo creer que así debiera ser un líder exitoso. A esta dinámica la denomino la trampa de los resultados.
El liderazgo del pasado estaba marcado por una serie de creencias arraigadas. La más predominante era que el líder debía tener todas las respuestas. Las decisiones eran incuestionables y se ejecutaban sin debate, fomentando un entorno donde predominaba el miedo.
Recuerdo que cuando estudiaba mi carrera de Ingeniería Industrial y de Sistemas en el Tecnológico de Monterrey a finales de los años 80, se mencionaba el “estilo autoritario” como una forma legítima de liderazgo. Este enfoque, aunque efectivo en ciertas circunstancias, estaba vinculado a una cultura de obediencia y control, donde la emoción predominante era el temor.
En el liderazgo actual es fundamental superar una falsa dicotomía de que un líder debe enfocarse exclusivamente en los resultados o sólo en las personas. El liderazgo efectivo requiere equilibrar ambos enfoques.
El líder contemporáneo logra resultados extraordinarios a través de equipos de alto desempeño. Esto implica dominar dos dimensiones de manera simultánea:
- Enfoque en el negocio: capacidad para definir estrategias, ejecutar de manera efectiva, analizar problemas, tomar decisiones difíciles y mantener el foco en resultados.
- Habilidades interpersonales (soft skills): generar un equipo cohesionado en un ambiente positivo donde predominen la comunicación abierta, la confianza, el respeto y un trato digno hacia todas las personas.
El líder actual entiende que no puede hacerlo todo por sí mismo. Las corrientes modernas sobre liderazgo destacan la importancia de la humildad, la vulnerabilidad y, en resumen, la autenticidad.
Las personas en el entorno laboral aspiran a ser valoradas, reconocidas y a sentirse parte de un equipo donde puedan contribuir y generar valor. Quieren ser incluidas en un entorno que promueva su desarrollo personal y profesional.
El líder de hoy debe ser capaz de motivar a su equipo, priorizando la confianza sobre el miedo y el respeto sobre el maltrato. Su objetivo no es solo alcanzar metas numéricas, sino también trascender y dejar un legado que inspire a otros.
El autor es Director General de Wisdenn Consulting, Coach Ejecutivo y Consultor Experto en desarrollo de soft skills y liderazgo con 28 años de experiencia trabajando con empresas trasnacionales.
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