Las casas abandonadas que existen en Nuevo León (NL) no sólo detona problemáticas de inseguridad, como pandillerismo, drogadicción, robos, violaciones y otros más, dónde los municipios metropolitanos de la periferia lideran en la estadística delictiva, sino que afectan de manera directa a los habitantes de esas zonas, y para ejemplo están Alianza Real en Escobedo y El Carmen, Valle Soleado en Guadalupe y Juárez, o Valle de Santa María en Pesquería, o Colinas del Aeropuerto en el mismo municipio.
Para combatir las problemáticas causadas por el abandono de las viviendas en su gran mayoría de interés social, los municipios dedican cada vez más dinero, pero además se ven afectados directamente en los recursos que reciben de la federación y el estado, lo que pega aún más a sus finanzas.
La problemática de las casas abandonadas provoca estragos en los ingresos de los municipios periféricos del área metropolitana, que es dónde se ubica el porcentaje más alto de las viviendas abandonadas y dónde se concentra el crecimiento poblacional de Nuevo León y el área metropolitana.
Las viviendas abandonadas afectan directamente los ingresos municipales, ya que, al estar deshabitadas o invadidas, tampoco generan impuesto predial, pero peor aún afectan el dinero del 50% de participaciones federales que reciben, al igual que aportaciones estatales.
Las participaciones federales para los municipios se reparten de acuerdo a 3 fórmulas, como lo marca la Ley de Coordinación Fiscal, que determina la distribución de la bolsa. La primera aplica al 50 por ciento de los recursos y está amarrada al monto y la eficiencia en la recaudación del predial. Al aumentar la eficiencia cobrando el predial, los municipios reciben más recursos propios y también por parte de la federación.
En la segunda fórmula con la que se reparte del 25 por ciento de las participaciones entra la población, porque concentra el 85 por ciento de ése 25 por ciento, el restante 15 por ciento lo fijan los kilómetros cuadrados de su territorio.
Por esta razón Municipios con ultra crecimiento poblacional como Pesquería, El Carmen, Ciénega de Flores, García, Salinas Victoria, Zuazua y Juárez, que están en el top 10 a nivel nacional en crecimiento poblacional, entre los que tienen más de 50 mil habitantes, nunca reciben lo suficiente para atender las necesidades de su creciente población.
La última fórmula concentra el 25% de los ingresos federales de participaciones a municipios, determinada por carencias, drenaje, agua potable, transporte y diversos servicios.
LEY DE COORDINACIÓN HACENDARIA DE NUEVO LEÓN
El estado recauda de impuesto sobre nómina más de 15 mil millones, y solamente reparte a los municipios el 6.28 por ciento de eso, cuando debería estar usando el criterio 80-20, que utiliza en el reparto de participaciones federales.
Pesquería, Ciénega de Flores y Salinas Victoria que tienen ultracrecimiento poblacional y por su vocación industrial generan buena cantidad de empleos, deberían negociar que no se les reparta el 6.28 % del impuesto sobre nómina, sino el 20 %, tal como sucede con el reparto de las participaciones federales dónde 80% es para el estado y 20% para municipios.
Eso lo puede hacer el Congreso, de acuerdo con la Ley de Coordinación Hacendaria del Estado, específicamente en el artículo 16.
Actualmente NL reparte a los municipios el impuesto sobre nómina con un criterio inercial el 50 %, de acuerdo a lo que dio en el ejercicio fiscal previo, la otra mitad se reparte con los mismos criterios de las 3 fórmulas federales, que pueden cambiar y considerar la creación de empleo.
Ésta es otra área de oportunidad para los municipios de la periferia, porque podrían pedir que en vez de meter la eficiencia predial en el reparto de impuesto sobre nómina. Por qué no se reparte con una fórmula que incorpore a los empleos por municipio, que sería más congruente. Si se habla de impuesto sobre nómina, éste se recauda por generación de empleo y trabajo, no lo general el predial.