Desde la posición privilegiada en la que nací, en un país estratégico geopolíticamente, rico en todos los sentidos y mal gobernado por siglos, mi propósito de Año Nuevo es leer y hacer leer para contribuir a que los privilegios no sean brechas. Al menos que estas brechas dejen de ser insalvables.
Sí, la ética social, la responsabilidad civil, mis mejores oportunidades multiplicadas para cada habitante del planeta las tenga en 2025. La ética política, las decisiones para el bien común, la austeridad en suficiente armonía con la abundancia que México tiene. La ética económica para dejar de explotar los recursos del planeta. La ética social para comprender las diferencias e incluir a todo lo que me resulta diferente.
Me propongo trabajar desde la raíz de nuestros problemas, quiero que se nos conceda la solución mágica que a todos nos deje ejercer nuestros derechos y elegir a las autoridades que hagan esto realidad. Quiero desear las mejores prácticas que cada persona pueda asumir para estar mejor y que lo hagamos todos para conciliar ese mejor que cada quien imagina.
Salud, educación, transporte y competencias digitales son los temas que una vez resueltos, permite a cada persona expresarse plenamente y ser funcional en el orden mundial. Solo leyendo, decodificando, comprendiendo, reflexionando y criticando es posible. Artes, tecnología, investigación, innovación, políticas públicas nacen fuertes y efectivas cuando la persona lee y tiene pocos parches por tapar en su propia vida.
Deseo lecturas, me propongo leer y hacer leer plenamente. Capitalizar esta competencia humana que a cada uno no s ha dejado vivir y convivir en sociedad. empatía, tolerancia, apropiación de lo público son consecuencias de una persona que lee.
Leer no sólo decodificar, interiorizar el efecto de esa decodificación para la comprensión, la reflexión y la crítica profunda que lo que se decodifica. Que la gente lea para que dialogue con su más profunda esencia, que reconozca lo propio y decante lo impuesto.
Romper paradigmas religiosos, de género, de raza, de edad para empezar, entre todos, a hablar de lo que es importante para todos. Seis libros, diez manuales, crónicas, ensayos, miles de instrucciones y el profundo conocimiento de las leyes. Leerlo todo a profundidad y responder en consecuencia.
Deseo para mí y para todos, el entrenamiento neuronal divertido y concienzudo de la decodificación de las letras y sus efectos. Reencontrar esa capacidad innata de la curiosidad – que nos permitió sobrevivir y llegar a las cavernas – que se encuentra enajenada en la rutina actual.
Sin piel, sin garras, sin agilidad, sobrevivimos. Sin fuerza, sin predominio del territorio, lo logramos como especie animal. El único elemento, esta Competencia de Supervivencia que permitió que evolucionáramos como especie animal fue el lenguaje.
Un día, una laringe más ancha con más matices fonéticos, transmutó lo gritos en palabras y precisiones. Cuando empezamos a trasmitir el conocimiento adquirido, la historia oral, fue cuando empezamos a evolucionar.
Sospecho cuándo dejamos de cultivar esta competencia, pero no lo voy a contar aquí, sólo me propongo que leamos, que ejercitemos a nuestras neuronas en la decodificación de letras cada día, todos los días, para encontrarnos y reconocernos en comunidad.
Salud y paz para toda la humanidad, que el resto viene como consecuencia. Mi propósito, en singular, es leer y hacer leer.
Muy feliz 2025 leyendo para encontrarnos y en comunidad.
