Monterrey

Marcela Ramírez: Libertad y flexibilidad en la familia empresaria

Los “no sucesores” en familias empresarias tienen un rol clave: contribuir al legado desde perspectivas estratégicas y accionarias, fortaleciendo la visión familiar.

¿Eres un “no sucesor” en tu familia empresaria? Esto es lo que tú y tu familia necesitan saber.

Cuando pensamos en familias empresarias, evocamos historias de éxito, transmitidas de generación en generación; una empresa que inicia con esfuerzo y sacrificio, consolidando un legado empresarial que perdura en el tiempo. Sin embargo, existe un grupo poco discutido dentro de las familias empresarias: los miembros de la siguiente generación que no serán sucesores.

Hablamos de esos miembros de la familia que no se desempeñarán como director general o presidente del consejo, pero que pueden jugar un papel esencial en la construcción del legado empresarial. Si eres uno de ellos, este mensaje es para ti y para tu familia empresaria.

El poder del legado empresarial

El legado de las familias empresarias se transmite a través de narrativas, experiencias e interacciones desde temprana edad. Las historias de los fundadores, que relatan cómo enfrentaron adversidades, crearon oportunidades o actuaron con ética, son una fuente de inspiración que conecta generaciones. Además, la exposición a modelos a seguir —ya sean miembros de la familia, figuras de la industria o líderes sociales— inculca valores como el trabajo en equipo, el sacrificio y el compromiso por mantener una visión compartida en la familia.

Estos elementos, en conjunto, motivan a los futuros sucesores a prepararse para liderar familias y empresas, generando cohesión familiar y promoviendo el sentido de propósito común, esencial en cualquier familia empresaria.

El rol del “no sucesor”: libertad y responsabilidad amplia

Mientras que la siguiente generación sucesora carga con la presión de llenar los zapatos de sus predecesores, los no sucesores aparentan tener una libertad mayor para elegir su formación académica y camino profesional. Sin embargo, esta libertad viene acompañada de una oportunidad y una responsabilidad únicas: contribuir al legado familiar desde una perspectiva diferente.

Un miembro no sucesor puede involucrarse en la empresa familiar desde un rol estratégico, ya sea en alguna de las compañías o en la fundación del portafolio familiar. Desde esta posición, los miembros no sucesores pueden ser aliados clave para el sucesor, fortaleciendo el propósito y los proyectos de la familia empresaria.

Por otro lado, el no sucesor también puede contribuir como accionista responsable. Desde el consejo de accionistas, su papel será salvaguardar y transformar estratégicamente las empresas de la familia, identificando desafíos y oportunidades que aseguren la sostenibilidad del legado empresarial.

Otra forma de aportar al legado de la familia empresaria es promoviendo inversiones de alto impacto social, ya sea de manera individual o colectiva. Estas inversiones generan beneficios sociales, económicos y medioambientales, así como fortalecen la presencia de la familia dentro de la comunidad y la región.

El no sucesor puede también considerar crear una nueva empresa u organización civil. Estas iniciativas no sólo diversifican el portafolio familiar, sino que abren la puerta a explorar nuevos mercados, servicios y productos, ampliando los horizontes del legado empresarial hacia territorios aún no contemplados.

Finalmente, un miembro no sucesor puede trabajar en otras industrias y, desde ahí, ser un embajador de marca de la familia, complementando el capital social de la familia.

Cuestionando la cohesión familiar

Cada miembro de la familia tiene el potencial de sumar al propósito colectivo, ya sea desde dentro o fuera del portafolio de la familia empresaria. Adoptando una perspectiva amplia, el no sucesor podrá alinear su formación académica, experiencia laboral e intereses personales con las oportunidades y objetivos de la familia empresaria.

Por ello, el mejor regalo que una familia empresaria puede ofrecer a sus no sucesores es fomentar la cohesión, la flexibilidad y la acción. Entender que cada miembro tiene un rol que puede evolucionar con el tiempo y que no necesariamente debe ajustarse a los moldes tradicionales es clave para asegurar que todos se sientan valorados e incluidos.

La riqueza de una familia empresaria radica en la diversidad de talentos, perspectivas y caminos que sus miembros están dispuestos a tomar. Reconocer y valorar el papel de los no sucesores es fundamental para construir un legado sólido y adaptado a los retos del futuro.

¿Eres un no sucesor? Reflexiona sobre cómo puedes sumar valor al legado familiar. Tu historia también es parte del éxito de la familia.Final del formulario

La doctora Ramírez Pasillas es directora académica del Instituto de Familias Empresarias (IFEM) para México y LATAM del Tecnológico de Monterrey.

Contacto: m.ramirezpasillas@tec.mx

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