Monterrey

Fidel Salazar: El camión en Monterrey, como en Suiza, pero en las tarifas

El transporte público en la Ciudad, con tarifas de primer mundo, sigue siendo insuficiente, desorganizado y desconsiderado con sus usuarios.

Como alguien que padeció en carne propia la pésima calidad del transporte público en Monterrey como estudiante y trabajador hace más 30 años, y que puede constatar que, a la fecha, no ha mejorado mucho en estas tres décadas, me duele la cíclica danza de aumentos de tarifas, protestas, exigencias de mejora y actos de simulación.

Es cierto que ahora vemos modernos autobuses chinos circulando la ciudad, tres líneas del metro operando y tres más en construcción, transmetro y pago electrónico, pero el caos, la desorganización, las largas filas para abordar, los camiones insuficientes y los lentos traslados siguen ahí.

¿Qué calidad de vida puede tener un trabajador o estudiante que pese a madrugar, llegar a tiempo a su parada, y esperar ordenadamente, llegue tarde a su destino, si es que llega, y pierda 4 horas de su día en un camión abarrotado?

¿Cómo puede conservar la calma y no llegar exasperado a casa un obrero que sale a las 6 o 7 de la tarde y llega a su casa después de las 9 de la noche, sólo para cenar, dormir y volver a madrugar al día siguiente?

¿Cómo hacer una cita si no sabes si vas a llegar?

¿Cómo visitar un lugar nuevo en la ciudad si las apps que te dicen por dónde y a qué hora pasan los camiones no tienen información actualizada o a los choferes se les da la gana cambiar de ruta y horario?

Por eso en Monterrey y su área metropolitana ya hay más coches que personas, cada vez hay más motocicletas, con la consecuente contaminación, mala calidad del aire y peligrosidad vial.

Lo que si tenemos de primer mundo son las tarifas.

Con la recientemente aprobada el 3 de enero tendremos la segunda más alta de todo el país, sólo detrás de Baja California, que cobra $17.5 pesos por viaje.

Si calculamos el costo promedio mensual del transporte público podríamos competir también con Suiza, el país más caro del mundo en este rubro.

Allá, el abono promedio mensual es el equivalente 82 euros, algo así como $1,700 pesos, mientras aquí, una persona que tenga que tomar cuatro camiones diarios (dos de ida y dos de vuelta) a 17 pesos, 6 días a la semana, sólo para ir y venir del trabajo, estaría gastando $1,632 pesos, sin contar los viajes de esparcimiento o para trámites en su día de descanso.

Pese a una inversión tan alta en el transporte, los regiomontanos tienen que batallar con dos sistemas de pagos electrónicos, castigo al pago en efectivo, falta de máquinas expendedoras de boletos o fallas en las mismas, y falta de coordinación entre empresas transportistas y autoridades para brindarles un servicio de calidad.

Lo más triste es que el aumento recién autorizado cuenta con el aval del Consejo Consultivo del Instituto de Movilidad y Accesibilidad, que aprobó el aumento con 16 votos contra 5, de un total de 33 consejeros.

¿Por qué no votaron los otros 12? ¿Han sido al menos seleccionados? ¿Sabemos quiénes son y cómo votan?

Según la Ley de Movilidad Sostenible y Accesibilidad para el Estado de Nuevo León publicada el 25 de octubre de 2023, en dicho Consejo debe haber 9 representantes ciudadanos electos por convocatoria pública y ratificados por el Congreso, un representante por cada una de 6 universidades, representantes de los municipios, de la Canaco, de la CAINTRA, del CCINLAC y de los sindicatos. ¿Dónde estuvieron?

Idea: La próxima Sesión del Consejo y del Instituto de Movilidad debería de llevarse a cabo a bordo de un camión, que tomen en Juárez, transborden en Juan Ignacio Ramón y lleguen a García, para tengan entre 3 y 4 horas para deliberar el destino del transporte público en la próxima sede del Mundial de Futbol 2026.

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