Monterrey

Guillermo Godínez: ¿Cuidamos a la empresa o a nuestra silla?

Decisiones enfocadas en proteger intereses personales, más que el bienestar empresarial, afectan la productividad y competitividad corporativa.

Yo sé que mi fuerte es el tema inmobiliario, pero desde el año pasado traigo la reflexión, y que la he vivido en carne propia, sobre el comportamiento y desempeño de algunos empleados en las empresas que trabajan y que no es al final del día para el bien de la misma.

He visto situaciones en las que el actuar y la toma de decisiones de gente que labora en cualquier compañía fueron simplemente para proteger su puesto y su empleo, pero no al fina del día para el mejor beneficio de la empresa en la que aportan sus conocimientos.

Por ejemplo en una llevaba meses haciéndoles una propuesta de inversión para mejorar las ventas y la respuesta era “ya cerramos el presupuesto y eso no fue incluído”. Y en una ocasión que pude platicar con el dueño a finales del año pasado le comento la propuesta y su respuesta fue: “porqué no lo habíamos hecho antes?”.

Pues porque su gente como “robots” sólo se dedicaban a decir ya se cerró el paquete de inversión e igual al próximo año lo consideramos.

Yo a mi criterio y en la forma que he trabajado en dónde fui empleado iba y proponía y por lo menos los enteraba de las opciones, aunque estuviera cerrado el presupuesto, qué tal y si lo modifacamos para el BIEN de la empresa.

Es decir tengo el criterio para decir y pelear por lo que sea mejor para la compañía que me está pagando y si a ella le va bien me seguirán pagando y me ascenderán algún día.

Otro ejemplo fue con un ejecutivo de un Banco que me explicaba que sus jefes los obligan a que le estén ofreciendo productos a clientes que bien saben que no los ocupan o no tienen la capacidad. Y los ejecutivos le dicen a sus superiores que no son candidatos y ellos los obligan con tal de que se llenen los formatos para que estos se los presenten a sus superiores y vean que están trabajando y estos a sus directores para que vean que sí hacen caso.

¿Quién está perdiendo y no se da cuenta que sus productos no son aceptados? Pues el Banco, pero nadie lo dice por temor a perder su silla.

Otro caso que he visto con el paso del tiempo es en la primera empresa que trabajé… ya no hay mucha gente que era muy buena y con carácter fuerte y bueno en el trabajo que estabamos se necesitaba y era bueno que fueramos así.

Pero todos aquellos tibios, lame botas son los que han sobrevivido. Los que “le siguen el avión” al jefe y que sólo cuidan su SILLA!

Pues esta empresa ha bajado mucho su producto y todos esos “godínez” siguen vivos y cobrando su salario mes a mes y la empresa baje y baje.

Ahora con todas estas tolerancias que se han generado más difícil va a estar la cosa y la productividad de las compañías ante la voraz competencia que hay y no sólo nacional, sino mundial, pues igual y las pone en jaque!

¡Nos vemos hasta la próxima!

Guillermo Godínez

Guillermo Godínez

Especialista y asesor en el ramo de los bienes raíces en materia de comunicación, campañas y lanzamiento de proyectos inmobiliarios. Desde 1995 es miembro de la National Association of Real Estate Editors (NAREE).

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