A usted le puede caer bien o mal Donald Trump, pero en este momento hay una cuestión real a tomar en cuenta en cuanto a globalismo (que no es lo mismo que globalización); y la pregunta no es si Donald Trump regresará con fuerza a la escena política, sino qué tan disruptiva será su influencia frente al globalismo y a la agenda woke que, por años, ha ganado terreno cultural y político.
Antes de celebrar (o temer algunos) un “retroceso” del globalismo fusionado con el wokeismo, esa corriente que busca reescribir la historia, reinterpretar el género y cancelar cualquier disidencia, vale la pena analizar los movimientos estratégicos que están ocurriendo en Estados Unidos y en el resto del mundo.
Un golpe directo al globalismo progresista
El regreso de Trump no se está constituyendo en un simple revuelo mediático: Es un desafío frontal a una ideología globalista que busca homogenizar culturas, valores y políticas bajo un mismo paraguas, desde el “ambientalismo radical” hasta las políticas de género más extremas (wokeismo)
Trump no sólo representa a un empresario millonario que no juega bajo las reglas tradicionales; es, para muchos, el símbolo de una fase de ‘resistencia’ y reconfiguración contra los movimientos culturales (con ideología política por detrás) que han dominado hasta ahora Hollywood, Silicon Valley, organismos internacionales, universidades y otros espacios.
Ahora bien, lo que está pasando no se limita a Estados Unidos.
La ola anti globalista tiene eco en países como Italia con Giorgia Meloni, Hungría con Viktor Orbán y Javier Milei en Argentina que están desafiando abiertamente la influencia globalista en sus respectivos países.
Sus discursos, centrados en la soberanía nacional, defensa de valores tradicionales y la oposición a agendas impuestas por organismos internacionales, han ganado apoyo significativo
El “factor Trump” y el giro en las agendas globalistas, progresistas y “woke”
Con Trump como figura central, el globalismo enfrenta su mayor desafío en Estados Unidos, un país clave para su sostenibilidad
Hablemos de dos frentes clave:
Cultural: El wokeismo en su afán de reescribir la historia, reinterpretar los dos únicos géneros existentes y cancelar disidencias pierde terreno cuando figuras como Trump devuelven al debate público palabras prohibidas y posturas “incorrectas”.
Político: En el plano internacional, el regreso de Trump a la Casa Blanca ya genera tensión en organismos que impulsan políticas globalistas. La ONU, el Foro Económico Mundial y la OTAN podrían enfrentar una versión más crítica y menos colaborativa de Estados Unidos.
Pero, de nuevo, esto no sólo está sucediendo en EEUU: La retirada de acuerdos internacionales, la reconfiguración de relaciones comerciales y la resistencia a políticas globalistas (como las climáticas y de género) muestran un retroceso palpable en diversas naciones
Sin embargo hay que estar alerta: el globalismo y la agenda woke no es tan frágil.
Sí, el globalismo enfrenta un momento de resistencia significativa, pero no podemos hablar de un retroceso definitivo.
Su base estructural sigue siendo sólida:
• Corporaciones globales: Aunque algunas empresas comienzan a bajarse de la ola, aún hay empresas tecnológicas y financieras promoviendo valores globalistas, con influencia directa en economías y políticas locales.
• El aparato cultural: Universidades, medios y sectores culturales globalizados mantienen el discurso globalista como una narrativa dominante.
Por cada batalla cultural que pierde, la agenda progresista y woke busca ganar otra en el plano estructural, dictando normativas y regulaciones que impactan desde la economía hasta las relaciones laborales.
Su fuerza no sólo reside en los movimientos sociales, sino en las estructuras globales: políticas supranacionales y tratados y organismos que dictan el juego más allá de los titulares.
Ciertamente tiene una capacidad de adaptación formidable.
Lo que podemos aprender del escenario actual
En 2025, la geopolítica se convertirá en algo más que un juego de poder entre naciones y líderes, y es por eso que como profesional de Relaciones Internacionales lo integro en mis análisis, estudios y en mis asesorías a clientes estatales o privados.
2025 será un año crucial para observar si la resistencia a lo que hasta ahora ha sido esta dinámica woke se convierte en una reconfiguración definitiva del orden global o simplemente será una pausa en su avance.
Para empresarios, inversionistas y ciudadanos, este momento es un llamado a entender cómo las dinámicas globales impactan en nuestras decisiones diarias empresariales y personales, y de nuevo, tal como comienzo este escrito, la pregunta entonces no es si la llegada de Trump ayudará a frenar la agenda globalista con sus compañeros progresismo y wokeismo , sino cómo cada uno de nosotros puede interpretar este choque de fuerzas para actuar en nuestro entorno.
…Porque al final, lo global siempre termina tocando nuestra puerta…
Guardémoslo en el estacionamiento mental.
Hasta la próxima
La autora es internacionalista, Especialista en análisis de data, Especialista en consultoría política y gestión de negocios, Consultora para Empresarios e Inversionistas, Escritora, Conferencista y Jefa Editora de The Freedom Post.
Redes sociales: @LauraDeRosaMart.