Monterrey

Ichak Adizes: El arte de forjarse a sí mismo, lecciones de liderazgo desde la base

Trabajé con un cliente que pasó de vendedor a líder en su industria.

El liderazgo no siempre nace de posiciones privilegiadas; a menudo, se construye desde cero, a través de esfuerzo y determinación. Una de mis experiencias más memorables fue trabajar con un cliente que, desde su humilde comienzo como vendedor de suelos, llegó a liderar una de las empresas más prominentes de su industria, con ingresos anuales que superan los 50 millones de dólares. Su historia encarna el espíritu del emprendimiento y el poder de la visión personal.

Lo que más me impresionó de este cliente fue su profunda conexión con su equipo. A pesar de haber alcanzado el éxito, nunca olvidó sus raíces. En nuestras reuniones, a menudo reflexionaba sobre los valores que lo habían guiado: trabajo duro, humildad y una fe inquebrantable en el poder del equipo.

Cuando comenzó, su empresa enfrentaba muchos desafíos, incluyendo una competencia feroz y limitaciones financieras. Sin embargo, su enfoque no se limitó a los aspectos financieros; buscaba crear una cultura organizacional que promoviera el crecimiento colectivo. Por ello implementamos un modelo de liderazgo que se basa en cuatro roles clave: Productor, Administrador, Emprendedor e Integrador, para ayudarlo a integrar mejor a sus equipos y alinear sus esfuerzos con una visión compartida.

Una frase suya que quedó grabada en mi memoria fue: “Nunca pido a mi equipo algo que no esté dispuesto a hacer yo mismo.” Este enfoque práctico y empático no solo fomentó el respeto, sino que también inspiró a sus empleados a seguir su ejemplo.

Como cualquier emprendedor, enfrentó momentos de incertidumbre. Recuerdo particularmente una crisis económica que amenazaba con desestabilizar la empresa.

Sin embargo, su capacidad para mantenerse enfocado, adaptarse a las circunstancias y mantener unida a su organización fue una lección en resiliencia. Durante esa crisis, implementó estrategias innovadoras que resultaron en un aumento del 20% en la productividad y una reducción del 15% en los costos operativos.

Trabajar con este cliente me recordó que el liderazgo no depende de dónde comenzamos, sino de cómo enfrentamos los desafíos en el camino.

Su historia demuestra que, con esfuerzo, visión y un fuerte compromiso con los valores, es posible construir algo duradero desde la base.

Además, estudios recientes muestran que el 83% de las empresas consideran crucial desarrollar líderes dentro de su organización.

Sin embargo, solo el 48% de los líderes actuales califican la calidad del liderazgo en sus organizaciones como alta. Esto subraya la importancia de invertir en el desarrollo de habilidades de liderazgo para asegurar el éxito a largo plazo.

La importancia del liderazgo efectivo se refleja en diversas estadísticas. Por ejemplo, el 69% de los Millennials están preocupados porque su lugar de trabajo no desarrolla sus habilidades de liderazgo.

Esto es significativo, ya que los Millennials representan una gran parte de la fuerza laboral actual. Además, el 79% de los empleados renunciarán después de recibir una apreciación inadecuada de sus gerentes.

Esto destaca la necesidad de que los líderes no solo sean competentes en sus roles, sino también empáticos y capaces de reconocer y valorar a sus equipos.

En términos de diversidad, solo el 15% de las mujeres ocupan puestos en juntas directivas, lo cual muestra una brecha significativa en la representación de género en posiciones de liderazgo y sugiere que las empresas deben esforzarse más por promover la igualdad de oportunidades y la inclusión.

La calidad del liderazgo también tiene un impacto directo en la retención de empleados. Un estudio de Gallup encontró que los grandes gerentes tienen talentos específicos que incluyen fomentar la confianza y la comunicación abierta, ofrecer transparencia completa, y tomar decisiones impulsadas por la productividad en lugar de la política.

Estos gerentes también son capaces de motivar y comprometer a todos sus empleados con una misión y visión convincentes y fomentar una cultura de responsabilidad clara.

Finalmente, la resiliencia y la capacidad de adaptación son cualidades esenciales para cualquier líder. En un entorno empresarial en constante cambio, los líderes deben estar preparados para enfrentar desafíos inesperados y encontrar soluciones innovadoras. La historia de mi cliente es un testimonio de cómo estas cualidades pueden llevar al éxito, incluso en las circunstancias más difíciles.

En resumen, el liderazgo efectivo no se trata solo de alcanzar el éxito personal, sino de inspirar y guiar a otros hacia un objetivo común. Con esfuerzo, visión y un compromiso inquebrantable con los valores, es posible construir algo duradero desde la base.

El autor es consultor de gestión global, como fundador y director ejecutivo del Instituto Adizes, ha dedicado su carrera para ayudar a organizaciones a mejorar su desempeño y efectividad a través de la Metodología Adizes.

www.Adizes.com

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