Monterrey

Carlos Peña: La estrategia de México frente a Trump

Negociación, poder y riesgos.

El ascenso de Donald Trump al poder marcó un cambio radical en la forma de hacer política y negociar, tanto a nivel interno como internacional.

Su estilo de negociación, basado en la presión y el miedo, ha dejado claro que las estrategias tradicionales de diplomacia y acuerdos mutuos no son suficientes para enfrentar sus demandas.

A través de sus decretos presidenciales, Trump ha buscado, desde el primer día, generar cambios drásticos y posicionarse como un líder de una nueva era dorada para Estados Unidos.

Uno de los temas clave de su agenda ha sido la migración, y la reciente presión hacia México, Colombia, Honduras y otros países latinoamericanos, ha dejado en claro que la migración ilegal es un punto crucial en sus negociaciones.

Con amenazas de aranceles del 25%, una propuesta de deportación masiva de migrantes y otros factores como el control sobre el Golfo de México o el Canal de Panamá, Trump ha mostrado que su enfoque no es solo una cuestión de políticas internas, sino una estrategia integral que involucra la diplomacia económica y geopolítica.

El tema del Fentanilo, considerado como un “enemigo interno” en Estados Unidos, también está en el centro de esta tensión. La idea de catalogar a organizaciones criminales como terroristas crea un escenario de alto riesgo para México, ya que involucra tanto a actores estatales como privados dentro de su economía y su política. El riesgo de un impacto negativo en la Inversión Extranjera Directa (IED) es inminente, especialmente si las relaciones se deterioran a nivel macroeconómico.

Un factor alarmante es la posible deportación masiva de hasta un millón de mexicanos, con la amenaza de Trump de enviar en una primera etapa 1 millón de personas fuera de Estados Unidos. Ante esta situación, la pregunta es: ¿Está México preparado para recibir y apoyar a sus connacionales? La seguridad, la economía y la infraestructura en las principales ciudades fronterizas podrían ser desbordadas por un flujo inesperado de deportados.

En estados como Nuevo León, que ha experimentado un crecimiento económico notable, podría haber una oportunidad para que los deportados se asienten temporalmente, pero esto también implicaría desafíos sociales y económicos considerables.

La respuesta a estos desafíos no solo depende de la voluntad de las autoridades mexicanas, sino también de su capacidad para negociar con astucia. México necesita un equipo de negociadores de alto nivel, y en este sentido, el caso de Idelfonso Guajardo es relevante.

Guajardo, quien ya estuvo en la mesa de negociaciones con Trump durante su primer mandato, ha demostrado ser un jugador clave. Su experiencia y habilidades en la negociación internacional, sumadas a su capacidad para anticipar y contrarrestar estrategias difíciles, lo posicionan como una pieza esencial en este juego diplomático.

La negociación con Trump no es solo una cuestión de poder o política; es una cuestión de astucia, estrategia y previsión. México debe contar con negociadores experimentados, capaces de manejar las complejidades de un entorno global cada vez más polarizado y, a menudo, impredecible.

De lo contrario, el país podría enfrentar riesgos que trascienden el ámbito económico y político, tocando lo más profundo de su estabilidad social y su futuro en el escenario internacional.

Carlos Peña

Carlos Peña

Maestría en Administración Financiera, Director General de OPEN, Asesor Financiero, Coach PNL y conferencista.

COLUMNAS ANTERIORES

Ratifica PCR Verum calificación de Nuevo León
Destaca actividad económica de NL en III-2024

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.