El Foro Económico Mundial de este año, celebrado en Davos, pasó mediáticamente más desapercibido que en ediciones anteriores, en parte debido a la asunción al poder de Donald Trump como el 45.º presidente de los Estados Unidos.
Sin embargo, dos discursos captaron la atención: las presentaciones del propio Trump, y la de Javier Milei, presidente de Argentina.
Javier Milei denunció lo que denominó “wokismo” como un régimen de pensamiento único que penaliza el disenso y beneficia a burócratas con aspiraciones de omnipotencia.
Defendió al mercado como el motor de la prosperidad, rechazó las “fallas de mercado” y criticó las regulaciones que, según él, limitan la libertad económica.
Su mensaje confrontó directamente a las instituciones que promueven equidad e inclusión, polarizando aún más los debates en torno al futuro del mercado y la economía global.
Entre los proyectos de ley que Milei pretende impulsar en su país se incluyen la derogación de los cupos laborales para personas trans, la inclusión obligatoria de un 50 % de mujeres en las listas electorales, los documentos no binarios e incluso el agravante penal por femicidio.
Por su parte, Donald Trump propuso políticas contrarias al consenso global, promoviendo combustibles fósiles y regulaciones que limitan el reconocimiento de géneros.
También cuestionó el comercio con Canadá y México, reafirmando su postura proteccionista y su rechazo a lo políticamente correcto. Su discurso, polémico y disruptivo, desafió el espíritu del Foro Económico Mundial.
Desde Nuevo León, una de las voces más relevantes en Davos fue la de David Garza Salazar, presidente del Tecnológico de Monterrey, quien destacó que la inteligencia artificial (IA) transformará la gestión organizacional.
“Somos la última generación de CEOs en gestionar sólo personas”, afirmó. Garza enfatizó que el futuro exigirá administrar tanto a personas como a agentes inteligentes, subrayando el papel de las instituciones educativas como motores de esperanza en un contexto global polarizado.
Llamó a construir un “optimismo constructivo” que enfrente los desafíos con innovación y propósito.
Uno de los temas más relevantes en materia de empleo, pero que no trascendió como debería, fue el impacto de la inteligencia artificial en el trabajo.
Este cambio marca el inicio de una era en la que las organizaciones deberán gestionar equipos híbridos, compuestos por humanos y agentes inteligentes. Este panorama plantea nuevos retos: redefinir roles, desarrollar habilidades y equilibrar la innovación tecnológica con el bienestar humano.
El empleo y la equidad laboral también estuvieron presentes, destacándose —en contraste con las posturas de Trump y Milei— la necesidad de fomentar la inclusión y el desarrollo del talento global.
Los líderes coincidieron en que las alianzas entre sectores educativos, empresariales y gubernamentales serán clave para enfrentar las desigualdades y preparar a la fuerza laboral para los retos del futuro. Además, se destacó la urgencia de adaptar las políticas laborales a un contexto de polarización geopolítica y transformación económica.
En este escenario, las empresas enfrentan una tarea crucial: más allá de maximizar ganancias dentro de los límites legales, deben invertir en el desarrollo del capital humano y crear empleos de calidad.
Epílogo.- Børge Brende, presidente del Foro Económico Mundial, cerró el Foro 2025 con un llamado a un liderazgo global responsable.
Destacó la necesidad de colaboración entre gobiernos, empresas e instituciones para enfrentar desafíos complejos como la transformación tecnológica, la polarización geopolítica y el cambio climático.
Su mensaje fue claro: la innovación debe equilibrarse con la inclusión y el desarrollo humano para garantizar un futuro sostenible.
El autor es Doctor en Filosofía, fundador de Human Leader, Socio-Director de Think Talent, y Profesor de Cátedra del ITESM.
Contacto: rogelio.segovia@thinktalent.mx