El presidente Trump anunció la semana pasada en la Casa Blanca con Sam Altman, Masayoshi Son y Larry Ellison la inversión de 500 mil millones de dólares en el proyecto “Stargate”.
Esta alianza entre OpenAI, SoftBank y Oracle busca a aumentar la infraestructura de inteligencia artificial y satisfacer la vasta demanda de procesamiento, estableciendo 10 nuevos centros de datos en Texas, con el primero en Abilene. Cada nave ocupará medio millón de pies cuadrados.
Trump dijo que el proyecto “garantizará el futuro de la tecnología y es una rotunda declaración de confianza en el potencial de Estados Unidos”.
Hablando de “Hardware”, la batalla se da a nivel de semiconductores con el acceso a los chips de IA.
A medida que la IA se infiltra en varios sectores, la capacidad de producir o adquirir estos chips se ha convertido en un determinante clave del éxito económico. Texas tiene hoy en día 279 centros de datos y solo en el área de Dallas-Fort Worth se alberguen 141 de ellos.
Texas ha experimentado un rápido aumento en su capacidad global de datos gracias a los precios accesibles de energía, la facilidad de conexión a la red y su entorno fiscal y regulatorio favorable para las empresas.
La Administración de Información Energética de Estados Unidos predijo que la demanda de los grandes usuarios de energía, en especial los centros de datos crecerían un 60 por ciento este año. Como comparativa, México cuenta hoy en día con 53 centros de datos, 17 en Querétaro, mostrando también un potencial enorme de futuro desarrollo.
Hablando de “Software”, sabemos que desde el lanzamiento de ChatGPT en 2022, el ritmo de la innovación e inversión en inteligencia artificial ha detonado aún más la dinámica de competencia mundial sobre el desarrollo de agentes inteligentes.
Ayer vimos que la disrupción siempre está cerca y como la repentina popularidad de DeepSeek, la versión china de ChatGPT, golpeó las acciones tecnológicas sorprendiendo a Silicon Valley.
Otro caso de éxito representa Francisco Ortigosa, experto mundial en transformar y democratizar tecnologías, quien ha tenido avances revolucionarios con su empresa Ubiquity AI de poder aplicar su agente a una escala y eficiencia superior en múltiples sectores.
Las empresas, instituciones y gobiernos pueden utilizar estos agentes de IA “cross-industry” para automatizar procedimientos, minimizar el trabajo manual y más importante a crear conversaciones y soluciones dinámicas en tiempo real que dejen beneficios de negocio.
José Menéndez, el ingeniero de software de Groq y genio mexicano en el ámbito de la IA, dice que la velocidad de progreso semanal en el sector y en su trabajo en Palo Alto le deja muchas veces sin dormir para poder procesar con la propia mente los avances, implicaciones y oportunidades.
La empresa Groq ha sido una de las nuevas promesas en Silicon Valley porque ofrece a través de su plataforma de “hardware” y “software” ambos, una velocidad superior para la computación de la inteligencia artificial y una eficiencia energética excepcional, así compitiendo con Nvidia para el liderazgo en el sector.
El agosto pasado la “startup” de semiconductores ha recaudado 640 millones de dólares en financiación Serie D liderada por Cisco Investments, Samsung Catalyst Fund y BlackRock, aumentando su valoración a 2.8 mil millones de dólares. Groq se especializa en chips de inferencia de IA para mejorar la velocidad y para ejecutar comandos de modelos previamente entrenados.
Requerir una menor capacidad de producir y programar chips directamente es sin duda la disrupción que el sector ocupa.
Este dinamismo actual deja en evidencia cómo la IA está moldeando la velocidad de los modelos de negocio, de las industrias y de la política en general.
En conclusión, quien lidere la IA, liderará el mundo.
En el reciente Foro Económico Mundial en Davos, Dario Amodei, experto en IA, enfatizó sobre el actual ritmo del progreso tecnológico: “Un siglo de avances científicos humanos podría ser alcanzado por la inteligencia artificial en tan solo 5 años”.
En realidad, la velocidad de esta disrupción tecnológica ha hecho casi imposible que los y las responsables de la formulación de políticas e inversiones gubernamentales se mantengan al día.
En el “Global AI Index” que realiza la firma Tortoise, Estados Unidos y China siguen liderando la carrera en términos de desarrollo, talento, infraestructura, inversión, comercialización y en estrategia del gobierno federal correspondiente.
Singapur, Reino Unido y Francia están en el TOP 5 del “ranking”, con una tendencia común en el aumento significativo de la inversión en inteligencia artificial.
Queda muy claro que la carrera por el dominio de la IA no es solo una batalla tecnológica, es una lucha por el futuro.
Así que en especial dentro de la versión “USMCA 2026” (tratado entre Estados Unidos, México y Canadá) es clave definir el despliegue integral de la IA para catapultar la competitividad, la innovación, el comercio y la cadena de valor en América del Norte.