Las nuevas restricciones de horarios para el sector restaurantero del estado pueden ser "la antesala del tiro de gracia", ante un inminente cierre total de la economía, consideró Jorge Moeller Villar, presidente de la Cámara de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) de Nuevo León.
Explicó que, las medidas que les permite tener abiertos los comedores de lunes a viernes de 5:00 am a 10:00 pm, está afectando a los restaurantes y negocios de comida locales ya que, la costumbre del comensal regio es salir a cenar después de las 8:00 de la noche.
"Estamos pidiendo a las autoridades que nos permitan abrir una hora más entre semana, hasta las 11 de la noche, eso no va a incrementar la movilidad. No necesitamos abrir a las cinco de la mañana, sino a las seis y cerrar a las 11 de la noche. Estas cinco horas por semana nos ayudaría mucho, nos daría un poco más de flujo", indicó.
Moeller Villa explicó que, en realidad los restaurantes deben de cerrar su cocina a las 9:00 pm para dejarla limpia y cerrar una hora después.
"Entendemos que ésta es una nueva realidad y, probablemente va a llegar el momento, poco a poco, en que nos tengamos que ir acostumbrándonos a cenar a las siete de la tarde, como lo hacen en otros países", mencionó.
BALANCE NEGATIVO
Dijo que el confinamiento social ha impactado al sector restaurantero del estado que, si bien podrían operar de manera regular, el temor de la sociedad a contagiarse redujo de manera importante el tráfico en estos.
A la fecha se han cerrado cuatro mil establecimientos de alimentos y se estima de la pérdida de por lo menos 50 mil empleos.
"Ya hicimos un análisis y, con esta medida que se tomó, fácilmente se incrementaron mil cierres. De tres mil brincó a cuatro. Los empleos perdidos son más de 50 mil, fácil. Hubo muchos que, aunque no nos indicaron que cerráramos, cerramos, porque el distanciamiento social, bajó la movilidad en una tercera parte y, puso a los restaurantes en crisis porque no había suficientes clientes".
Mencionó que, para cumplir con los protocolos de salud, los propietarios de los establecimientos debieron invertir desde 50 mil hasta un millón de pesos, además de que algunos, principalmente las grandes cadenas, enviaron al personal de alto riesgo a sus casas con goce de sueldo.
Destacó que también el empleo informal se estaría viendo afectado ya que, de mil millones de pesos anuales que el sector invertía en insumos y materia prima, hoy solo se compran 20 mil millones de pesos.