Monterrey

Cesáreo Gámez: Sombrío panorama

La sustancial revisión a la baja para México, se debe principalmente a que la inversión sigue siendo débil y el consumo privado se ha enfriado.

La situación y las perspectivas de la economía mexicana siguen empeorándose, tanto en el frente externo como interno.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) en su reporte Panorama Económico Mundial (World Economic Outlook, WEO) más reciente recortó las perspectivas de corto plazo para México a una tasa de 0.4 por ciento para 2019 y de 1.3 puntos porcentuales para 2010, cifras inferiores en .5 y .6 puntos porcentuales a las existentes en el anterior WEO, de julio del presente año.

La sustancial revisión a la baja para México, se debe principalmente a que la inversión sigue siendo débil y el consumo privado se ha enfriado, por efecto de la incertidumbre en torno a las políticas y el debilitamiento de la confianza.

Sin embargo los analistas del FMI consideran que si la inflación se mantiene en una trayectoria descendente hacia la meta y las expectativas de inflación están ancladas, la política monetaria podría ser más acomodaticia en los próximos meses, lo cual tendría efectos positivos en el crecimiento.

El reporte de FMI considera que el tipo de cambio debe seguir siendo flexible, y la intervención cambiaria solo debería utilizarse si las condiciones del mercado son desordenadas.

En otro reporte, el "staff" del FMI apunta que el crecimiento de la economía se ha desacelerado drásticamente en México. El reto es crear las condiciones para un crecimiento fuerte, sostenido e inclusivo manteniendo la estabilidad macroeconómica y financiera.

En concreto, el reporte del FMI propone algunas medidas específicas. Entre ellas, perseguir una política fiscal más propensa al crecimiento (growth-friendly), incrementando los ingresos no petroleros y mejorando la eficiencia del gasto público.

Otra de las recomendaciones es adoptar una política monetaria más flexible, ya que la inflación se mantiene cerca de la meta oficial y les expectativas inflacionarias se mantienen estables.

Los analistas del FMI sugieren también el reforzamiento de los esfuerzos para reducir la corrupción, la delincuencia y el crimen organizado.

Por otro lado, México retrocedió dos lugares en el Indice Mundial de Competitividad para 2019, que elabora la consultora internacional World Economic Forum. Nuestro país se ubicó en el lugar 48 entre los 141 países evaluados en el reporte.

Este índice se compone de 12 variables: fortaleza de las instituciones, infraestructura, adopción de tecnologías de la información, estabilidad macroeconómica, salud, capacitación, mercado de productos, mercado laboral, sistema financiero, tamaño del mercado, dinamismo de negocios y capacidad de innovación.

De acuerdo al reporte, los tres países líderes en competitividad a nivel mundial fueron Singapur, Estados Unidos y Hong Kong. El líder en América Latina fue Chile, que se ubicó en el lugar 33.

Los aspectos peor calificados en nuestro país fueron la fortaleza de las instituciones, la adopción de tecnologías de la información y la capacidad de innovación. Los aspectos mejor calificados fueron la estabilidad macroeconómica y el tamaño del mercado.

CAEN INDUSTRIA Y GASTO

En el frente interno siguen las malas noticias. La producción industrial en México registró una contracción de 1.3 por ciento en agosto, con lo que acumuló 11 meses consecutivos mostrando variaciones negativas.

Las caídas más fuertes se registraron en la minería y la construcción, que retrocedieron 3.4 y 2.4 por ciento, respectivamente, en agosto, mientras que la producción manufacturera cayó 0.4 puntos porcentuales.

El gasto público sigue disminuyendo. De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el gasto total del gobierno federal registró una disminución en términos reales de 11.4 por ciento en agosto.

Los renglones más afectados fueron los sueldos y salarios (servicios personales), las compras de materiales y suministros y los servicios generales.

Sin embargo, se registraron incrementos importantes en el gasto en obras públicas (47.3 por ciento y en los gastos de capital, que crecieron 40.3 por ciento en el octavo mes del año. Estos incrementos pueden comunicarse al sector de la construcción en el corto plazo.

Cesáreo Gámez es economista de la UANL, con Doctorado en la Escuela de Graduados de Administración y Dirección de Empresas (EGADE) del ITESM. Es profesor de la Facultad de Economía de la UANL y miembro del SNI-Conacyt.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

También lee: