MONTERREY.-. Noticias como la que dio a conocer la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el consumo de carne roja y procesada que podrían afectar la salud, irrumpen en la forma de pensar de una parte de la comunidad que busca ser más consciente de lo que come.
Así comienza una demanda de alimentos e insumos más saludables, lo que ha dado pie a generar un mercado, que en este caso, desarrolla productos orgánicos, es decir, sin aditivos ni químicos extras a los de la propia composición.
Y Monterrey es una de las ciudades donde cada vez toma más auge este tipo de consumo, con un creciente número de establecimientos y productores de este tipo.
"Sí hay un mercado que está creciendo en la ciudad; pero como todo, también hay mucha competencia. Ahorita hay muchos productores independientes de tamaño pequeños, emprendedores que se les hace fácil cultivar algo en su casa y decir que es orgánico", comentó Ángel Dávila, socio de la marca Dandelion, que produce jabones y cremas con base en semillas orgánicas.
Explicó que aunque la oferta crece, la demanda aún no se consolida; y depende más de la labor de venta que haga el propio productor que de la necesidad del consumidor.
"La demanda no es muy fuerte, realmente es más de llegarle al consumidor y venderle la idea, el marketing, y si tienes un producto bueno, se vende", comentó; y dijo que en su caso, las semillas que utiliza requieren un tratamiento distinto.
"En el caso de los productos comestibles, como verduras y frutas, puedes cultivarlos en tierra, pero sin adiciones químicas como fertilizantes. O con una técnica que se llama hidroponía, con base en agua; aunque ahí debes añadir minerales y vitaminas, pero que también sean orgánicas", dijo.
Mientras que una vez cosechados el tratamiento es muy similar a cualquier otro que no sea orgánico, salvo que en ocasiones éstos tienen un periodo de duración menos extenso, debido a que no cuentan con conservadores.
En cuanto a los productos de origen animal, el proceso es más complicado, explicó Dávila, lo cual tiene un impacto en el precio.
"Se alimentan con productos que son orgánicos o del monte, de hierbas, verdes o secas, el problema viene cuando los animales se enferman, porque si quieres que sean orgánicos certificados, no se pueden inyectar con cualquier vacuna.
"Tienes que comprar unas vacunas especiales y son más caras, en el tema de los precios de la carne las vacunas son carísimas y la certificación es más cara que para la carne normal", dijo.
En la ciudad existen establecimientos que se dedican a comercializar estos productos, tales como Pueblo Orgánico, ubicado en la Carretera Nacional; y otros productores, como Villa de Patos, en San Pedro; que cría ganado y cosecha nueces y comercializa insumos.