El entorno competitivo en el que participan actualmente las organizaciones no es muy favorable y los pronósticos para los próximos años tampoco son muy alentadores. Aún así, las empresas deben generar propuestas de valor para sus diferentes grupos de interés.
De ahí surge la reflexión: si el entorno macroeconómico es adverso para las empresas, entonces, ¿en qué consiste que algunas logren mejores resultados que otras? Como analogía, en un partido de fútbol con condiciones adversas, la temperatura es alta, el pasto está mojado, la humedad es intensa o el sol quema, son características iguales para ambos equipos. Entonces, ¿de qué depende que uno gane? De diversos factores, la mayoría internos a cada equipo y por ende bajo control de los entrenadores y de los jugadores.
Lo mismo ocurre en las organizaciones, las características internas de la organización definirán en gran medida sus resultados, partiendo de que las condiciones externas son similares para los participantes.
Si bien el entorno macroeconómico es similar para los participantes, puede haber industrias que crezcan más que otras, dado esto, ¿hay algo que se pueda ofrecer a estas industrias, algo más favorecidas? ¿se puede ser proveedor de algún insumo? Este es el objetivo de este escrito: motivar la reflexión del lector y ayudar a generar ideas que pueda eventualmente concretar en su empresa para generar valor.
Por otro lado, ¿existe algún segmento sociodemográfico que esté creciendo? o bien, ¿qué regiones del país u otros países están logrando un mayor crecimiento? Ahí puede haber oportunidad para crear valor.
A nivel de la organización, el desarrollo de competencias, esto es, lo que la organización sabe hacer, en buena medida hará una diferencia para lograr mejores resultados que otras. Estas ventajas se remiten al desarrollo del talento de los colaboradores, sistemas de trabajo que propicien la eficiencia, un clima organizacional basado en la confianza y en el cumplimiento de las promesas hechas al personal. Todo ello enmarcado en una visión compartida que dé rumbo a las acciones de la organización.
La tecnología suave tal como métodos y procesos, así como la tecnología dura maquinaria, equipos adquiridos o desarrollados internamente contribuyen a crear una propuesta de valor. Los primeros contribuyen a la eficiencia y al orden en la organización; mientras que los segundos, ayudan a generar un producto o servicio especialmente relevante para el cliente objetivo.
La estrategia de la compañía debe explícitamente hacer énfasis en la innovación y creación de conocimiento. Por otro lado, los recursos financieros, si bien son importantes, el desarrollo de competencias que permitan tener una propuesta relevante es lo que generará valor para la empresa y a los grupos de interés. Un producto o servicio con potencial de mercado atraerá más fácilmente a inversionistas o instituciones financieras.
Desde una perspectiva más sistémica, el desarrollo de una región será resultado de las estrategias que resulten entre varios actores, el sector público, los centros educativos, las empresas y los organismos intermedios.
Sería muy positivo tener un entorno competitivo boyante; dado que no lo es, la buena noticia es que, dentro de la organización -y esto depende directamente del equipo directivo-, se puede hacer mucho para que la organización incremente la posibilidad de lograr sus resultados.
En síntesis, un mejor entorno para los negocios dependerá de acciones orquestadas entre los diversos actores de la economía. A nivel de la organización, contar con una estrategia que enfatice la innovación y el aprendizaje, que esta estrategia se implante a través de procesos y métodos y que se atraiga, desarrolle y retenga a personal talentoso contribuirá a que la organización incremente sus posibilidades de generar valor en un entorno complicado.
Sería muy bueno que la cancha y las condiciones para jugar fueran más favorables y debemos trabajar para que así sea. Aún así, se puede incrementar la posibilidad de ganar el partido si se tiene un equipo técnico con visión estratégica, jugadores entrenados y motivados y sistemas que permitan jugadas coordinadas.
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El autor es Director de Vinculación Empresarial , EGADE Business School, Sede Monterrey.
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