No hay duda que las elecciones de este 1 de julio serán históricas para México, primero porque existe una alta probabilidad de que tengamos nuevamente una alternancia en la silla presidencial, y segundo por la gran cantidad de puestos de elección popular que estarán en juego, cerca de 18 mil 300. De tener aproximadamente un 35 por ciento de abstencionismo como en las pasadas elecciones presidenciales, estaremos votando casi 58.5 millones de mexicanos, sobra decir que el mayor número en la historia de este país.
Después del debate y de la participación de los candidatos en el evento del Tecnológico de Monterrey en pasadas semanas, he estado preguntando a mis alumnos y a otros jóvenes su opinión sobre los candidatos. Reconociendo que los comentarios que he recogido no son necesariamente representativos de toda la población joven en el país, si es claro que aún no sienten una identificación con ninguno de los candidatos. No hemos visto propuestas específicas que reconozcan las necesidades y preocupaciones de los jóvenes en ninguno de los candidatos. Los candidatos deben reconocer la importancia del voto joven, entre 18 y 29 años, porque uno de cada tres personas en el padrón electoral pertenecen a este grupo de edad.
De acuerdo a un estudio del Grupo de Economistas y Asociados y de Investigaciones Sociales Aplicadas, se estima que la intención de voto entre los jóvenes de 18 a 29 años de edad es del 72 por ciento, de un total de 26.2 millones de jóvenes en el padrón electoral. Es un número sorpresivamente muy alto y espero que realmente se mantenga en ese nivel. De ser cierto que el 72 por ciento de estos jóvenes estarían dispuestos a salir a votar, estamos hablando que 18.8 millones de jóvenes estarían ejerciendo su derecho constitucional este 1 de julio.
En las elecciones del 2012, Peña Nieto ganó la elección con el 38.21 por ciento sobre López Obrador quien obtuvo 31.59 por ciento de los votos. Esta diferencia representó 3.3 millones de votos aproximadamente. Solamente los jóvenes que tienen en este momento entre 18 y 19 años sumarían 3.95 millones de votos, muchos más que dicha diferencia en el 2012 como para ganar las elecciones. Ante esta realidad, me llama atención que ningún candidato esté enfocando su campaña en los jóvenes. Claro está que hay que acercarse a los grupos de interés político y a los sectores claves que tendrán mayor potencial de movilización el día de las elecciones, pero creo que la clave puede estar en este grupo de nuevos electores que están confundidos, desinformados y que muy probablemente aún no se han comprometido con una ideología política.
Hemos visto en los últimos años desdibujarse la ideología partidista por el mero objetivo de ganar elecciones y creo que como ciudadanos necesitamos tener identificadores de nuestras creencias, de nuestros principios y de nuestra ideología.
Creo que los partidos deberían de ser un reflejo honesto de la ideología política de la sociedad, y por supuesto que es deseable que haya diferencias, sobre estas diferencias se construyen sociedades. Pero estamos viviendo una triste realidad en la que ninguno de los partidos existentes ahora reflejan con un mínimo de claridad el sentimiento de la sociedad, y mucho menos el de los jóvenes.
El autor es director de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey en la Sede Monterrey.
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