Un Ángel es un inversionista que brinda respaldo financiero y estratégico a pequeñas empresas de reciente creación (startups). El capital que proporcionan puede ser una inyección única de capital inicial o un apoyo continuo en diferentes rondas de inversión (normalmente hay un lapso de 18 meses entre cada ronda) para llevar a la empresa a enfrentar los riesgos de mercado y tecnológicos a través de tiempos difíciles, mientras cruza el "valle de la muerte" y gana tracción con clientes para lograr alcanzar su autosuficiencia. El perfil de los ángeles inversionistas es diverso, pues no sólo se trata de individuos con alta capacidad patrimonial financiera proveniente de sus familias o altos ejecutivos de grandes empresas. En EE. UU. en este grupo también se encuentran celebridades que se educan en programas de escuelas de negocios y llevan a la práctica dicho conocimiento. Algunas de estas celebridades invierten miles o millones de dólares de manera sindicada entre varios ángeles. Por ejemplo, el startup fabricante de colchones Casper, está respaldado financieramente por celebridades como Leonardo DiCaprio, Adam Levine, y el cada vez más afamado inversionista Ashton Kutcher. Los emprendedores de startups saben que no sólo se trata de capital, pues el tener el ángel inversionista adecuado abre puertas a más inversionistas, clientes, proveedores, bancos, etc.
Separadamente, el Capital Emprendedor Corporativo, o Corporate Venture Capital (CVC) es también un importante jugador en el ecosistema de inversionistas que fondean startups. Las corporaciones realizan inversiones, tomando una participación accionaria en startups relacionadas tangencialmente con la propia industria donde participa el corporativo. Además de capital, proporcionan experiencia en mercadotecnia, gestión, dirección estratégica, y tecnología. Esto es especialmente importante ahora que vivimos en la Revolución Industrial 4.0, caracterizada por una fusión de tecnologías emergentes tales como la nanotecnología, la tecnología digital y la biotecnología, derivando en desarrollos tecnológicos como la inteligencia artificial, la robótica, el internet de las cosas, los vehículos autónomos, la impresión 3D, la ciencia de los materiales, el almacenamiento de energía, la computación avanzada, entre otros. Estas tecnologías tienen la capacidad de crear grandes oportunidades para los corporativos, así como grandes amenazas, por lo que el CVC es un instrumento vital estratégico y financiero de los corporativos. En esta cuarta revolución industrial los patrones de comportamiento del consumidor y las organizaciones es sumamente volátil. En el planeta somos miles de millones de personas conectadas por dispositivos móviles inteligentes con una capacidad de procesamiento sin precedentes y contamos con acceso al conocimiento de manera ilimitada. Cada vez son más los corporativos que cuentan con un programa de inversión CVC. Durante 2019, en EE. UU. el número de inversiones de empresas corporativas no tecnológicas en startups alcanzó 256, en comparación con 152 en 2009. De acuerdo con PitchBook el valor total de estas inversiones representó en 2019 US$ 8.8 mil millones en comparación con US$ 2.7 mil millones en 2009.
Como ejemplo de empresas corporativas no tecnológicas observamos que empresas aseguradoras en México comienzan a realizar programas de educación a sus ejecutivos, así como viajes a Silicon Valley para sensibilizarse de las tecnologías emergentes y modelos de negocio innovadores. En EE. UU. la aseguradora Aflac está aumentando su compromiso con su fondo de CVC, el cual espera invertir US$ 250 millones en startups de inteligencia artificial para 2022.
Aunque en México algunos grandes corporativos ya se encuentran interactuando con startups, no todos han realizado inversiones de CVC. Entre las empresas que colaboran con startups se encuentran: AB Inbev-Grupo Modelo, Arca Continental, Axa, Axtel, BanRegio, Banamex, Bancomer, Bimbo, Bosch, Cemex, Cinépolis, Engie, Femsa, Frisa, Google México, IBM, Mercado Libre, Metalsa, Mondelez, Quimmco, Scotiabank, Sura, Telcel, Ternium, Telefónica Wayra, y Volaris.
Es aquí donde las escuelas de negocios juegan una importante función para incluir en sus programas de educación ejecutiva programas donde generen y distribuyan el conocimiento, para que individuos y ejecutivos lleguen a ser ángeles inversionistas y puedan conformar equipos de CVC. Educar a estas audiencias permitirá conocer los beneficios y alcances de convertirse en un inversionista en startups, así como de estar conscientes de los riesgos y oportunidades que representa.
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El autor es Director del Centro de Innovación y Emprendimiento Corporativo de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey y Socio de Ascendis Capital.
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