Los cambios en el sector inmobiliario se siguen dando de una forma sorprendente. Por ejemplo, en el caso de los locales comerciales cada vez más vemos que se van vaciando paulatinamente. Es común ver en las plazas comerciales de las denominadas "strip-center" algunos locales en uso y varios ya desocupados y disponibles.
En materia de inmuebles destinados para la hotelería también está sucediendo y tal es la situación de dos cadenas hoteleras ubicadas en Valle Oriente que están por cerrar.
Dicen los que saben que solamente están funcionando al 12 por ciento de su capacidad y que el punto de equilibrio es que estén al 30 por ciento para que sean rentables.
Yo me pregunto qué va a pasar con esas torres y con esos metros cuadrados de inmuebles disponibles? Se volverán edificios de oficinas, de departamentos o mixtos?
En metrópolis como CDMX, Nueva York, París o Londres los edificios tienen múltiples destinos de uso y no ordenadamente, sino como se vaya dando la oportunidad.
Un dato importante a señalar es que en esas ciudades existen reglamentos de condominio muy estrictos que impiden que puedan haber problemas de convivencia entre los diferentes giros que tienen los usuarios del inmueble.
A lo que voy esta semana con mi editorial es que pueda existir o que se dé una adaptabilidad en el sector inmobiliario de toda índole y que la misma situación actual hace que se rompan paradigmas y tabús y que en el caso de Monterrey si no los empiezan a romper y adaptarse menos se empezará con una nueva vida inmobiliaria y por consiguiente económica.
Los primeros en reaccionar fueron los bancos, en la primera fase con los apoyos de la suspensión de pagos de hipotecas por unos meses y posteriormente a ofrecer tasas de interés para los créditos desde el 7.5 aproximadamente para estimular la compra de bienes inmuebles.
Por otra parte, los desarrolladores inmobiliarios particularmente en proyectos habitacionales empezaron a ofrecer mejores alternativas o esquemas de venta como reducción en el monto del enganche hasta de un cinco por ciento del valor total del inmueble y empezar a pagar a partir de cierta fecha.
Todo esto para adquirir inmuebles nuevos, pero la pregunta es qué pasará con los viejos, los que están siendo dejados porque ya no se pueden pagar o los inquilinos ya no los pueden conservar?
Todas estas unidades vacías valen y valen mucho y si no son usadas se van a deteriorar y si se quema el punto difícilmente lo levantas en estos tiempos.
Creo que los propietarios tendrán que readaptarse y replantear el uso de los mismos para que vuelvan a ser usados e ir con las necesidades y respuestas de los consumidores para estar a la par de la situación actual. Digamos que tendrán que ser más flexibles con sus propiedades y adaptarse a nuevos tiempos.
Nos vemos hasta la próxima!
El autor cuenta con más de 28 años de experiencia en el ramo de los bienes raíces en materia de comunicación, campañas y lanzamiento de proyectos inmobiliarios. Desde 1995 es miembro de la National Association of Real Estate Editors (NAREE).
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.